ALICANTE. El año 2024 pasará a la historia del Hércules como uno de los más importantes de su historia reciente al romper con el ascenso a Primera Federación una inercia negativa que se prolongaba durante 14 años.
Desde que cayó de Primera División, en la primavera de 2011, el conjunto alicantino solo había encadenado calamidades deportivas, económicas y sociales que tuvieron su punto culminante en el año 2022, el del centenario, en el que el equipo se encontraba en Segunda Federación, la categoría más alejada de la élite en la que ha competido.
Además, el rendimiento deportivo del equipo en el segundo semestre está siendo positivo, ya que despide el año, pese a ser novato, a un punto de la zona de promoción.
Al éxito deportivo se sumó en 2024 el despertar del herculanismo dormido en Alicante y en buena parte de la provincia durante lustros, como lo demuestra que el club vuelva a contar con cifras de abonados (12.000) que no se veían desde la etapa en el fútbol profesional.
El Hércules inauguró el año con una victoria de prestigio en Lleida (0-1) que, además, le valió para alcanzar el liderato y el campeonato de invierno. Toda una premonición de lo que sucedería meses después.
Sin embargo, el equipo no le dio continuidad a ese buen momento y se mostró irregular. El Hércules estuvo a punto de hacer saltar por los aires el proyecto entre febrero y marzo, cuando enlazó siete jornadas sin ganar que le alejaron del liderato y de la promoción.
El director deportivo, Paco Peña, despejó cualquier incógnita sobre el futuro del entrenador, Rubén Torrecilla, muy cuestionado, y el equipo encontró en medio de la tormenta la estabilidad necesaria para recuperar la memoria.
El Hércules, que llegó a estar a nueve puntos del liderato, comenzó a ganar sus partidos –seis victorias consecutivas- mientras los rivales acusaban la presión.
La remontada culminó en la antepenúltima jornada, en la que el Hércules se aupó al liderato tras ganar en Badalona (1-2).
El 5 de mayo, y ante un Rico Pérez repleto con 28.000 espectadores en las gradas, el Hércules logró escapar por fin de Segunda Federación tras ganar de forma agónica al Lleida (2-1).
El ascenso provocó una explosión de júbilo en el estadio, con invasión de campo incluida, y en la ciudad como hacía mucho tiempo que no se vivía, ya que los últimos éxitos deportivos del equipo se habían producido lejos de Alicante y había ganas de celebrar.
Casi 15.000 personas celebraron esa misma tarde, en la Plaza de Los Luceros, la huida de Segunda Federación, cerrando una herida profunda en la historia de la entidad.
El ascenso pacificó el entorno, pese a que de forma mayoritaria sigue en contra de la gestión del empresario Enrique Ortiz, quien ha cumplido este año precisamente 25 años al frente de la entidad.
Una nueva generación de aficionados del Hércules, que nunca antes habían vivido un éxito del equipo de su ciudad, decidió mirar hacia adelante y engancharse al futuro. Prueba de ello fue la respuesta social en la campaña de abonos, la más alta en 14 años, pese a tratarse aún de una categoría no profesional.
El equipo ha mantenido viva la ilusión, en su debut en la competición, gracias a su buen rendimiento como local. La igualdad del grupo le permite, pese a sus tropiezos a domicilio, estar cerca de los puestos de honor.
2024 también ha sido un año especial porque se ha conmemorado el 50 aniversario de la inauguración del Rico Pérez, estadio que ya no es propiedad del Hércules, pero cuya historia es indisoluble de la del equipo alicantino.
El equipo alicantino cierra el ejercicio en la octava plaza a un solo punto de la promoción, posiciones que podía haber alcanzado de haber mejorado mínimamente su rendimiento a domicilio durante el último mes, en los que dejó escapar puntos en los últimos minutos.
La idea del club para 2025 es potenciar la plantilla para aprovechar la inercia del equipo y la ola de energía positiva que se creó en la pasada primavera e intentar pelear por un nuevo ascenso.