ALICANTE (EFE).- El Hércules ha cerrado con algo de esperanza, como consecuencia de su buena dinámica en la presente temporada, un año 2023 para olvidar, ya que fue uno de los peores a nivel deportivo de su centenaria historia.
El conjunto alicantino, pese a su buen arranque de año, no solo no logró clasificarse para la promoción de ascenso, objetivo mínimo que se le exige su entorno en la cuarta categoría del fútbol español, es que además estuvo en riesgo de disputar la promoción de descenso hasta la penúltimas jornada tras un pésimo final de campeonato.
El Hércules comenzó 2023 con ilusiones renovadas tras la llegada a su banquillo de Lolo Escobar, quien hizo despertar al equipo y tras una racha de resultados positivos lo llevó hasta la zona de promoción.
Sin embargo, el equipo volvió a caerse en el momento que le tocó enfrentarse a sus rivales directos, contra los que no pudo competir. El equipo alicantino, ya con mínimas opciones de disputar la promoción de ascenso, se dejó llevar en el tramo final de la competición y se llevó el susto de tener que ganar las últimas jornadas para evitar que una carambola lo llevara a la promoción de permanencia.
Pese a la decepcionante temporada, el club mantuvo la confianza para el nuevo proyecto en Lolo Escobar, pero el técnico extremeño rompió su contrato con la planificación ya en marcha para firmar por el Algeciras, conjunto de superior categoría.
El Hércules, sin entrenador y apenas plantilla, se encomendó a Rubén Torrecilla, ex entrenador del Castellón, quien junto al secretario técnico, Paco Peña, diseñó la plantilla en un tiempo récord.
El club apostó por jugadores jóvenes y con hambre, pero también con experiencia en la categoría, para devolver al Hércules el protagonismo y la jerarquía que se le suponen.
La buena imagen ofrecida en la pretemporada, un buen arranque del curso, con tres victorias consecutivas, y la actitud guerrera y ambiciosa mostrada por el equipo desataron la ilusión en la afición alicantina, que respondió con creces en la campaña de abonos (8.000 abonados).
El Hércules, además, se mostró muy firme en casa, donde solo ha cedido dos empates en lo que va de temporada, siempre ha permanecido en zona de promoción y solo el espectacular ritmo de puntos del Lleida, actual líder del grupo 3, le ha impedido ser asaltar la primera plaza antes del final de 2023.
A nivel social, el descontento generalizado con la gestión del propietario, Enrique Ortiz, continúa entre la afición herculana, que sin embargo ha centrado todas sus energías en los últimos meses en apoyar al equipo a salir de esta categoría.
El Hércules, con más de 8.500 abonados actualmente, también ha realizado gestos para reconquistar el afecto de la ciudad al aproximarse a clubes emblemáticos de cantera de la ciudad y a otros sectores sociales, como los comerciantes o el mundo de las fiestas, para firmar convenios de colaboración.
El equipo alicantino despide 2023 en plena tregua social y con la esperanza de que todo lo bueno apuntado sobre el césped en el último trimestre se confirme en 2024, año que comenzará con la posibilidad de proclamarse campeón de invierno si es capaz de ganar en su visita a Lleid