BENISSA. Este lunes, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, visita el municipio de Benissa para presidir la reanudación de las obras de la variante a la N-332, que ejecutará la empresa OHL. El alcalde, Abel Cardona, de la formación Reiniciem, no podrá intervenir en el acto, según le ha comunicado la Delegación de Gobierno: sólo se le han dado instrucciones para que el ayuntamiento adecente la zona (retire los contenedores y limpie el camino) donde se celebra el acto, según ha comentado el propio Cardona en su perfil de Facebook.
"Todo esto una desconsideración del Gobierno central hacia la ciudadanía. Mandan, deciden e imponen sus maneras de hacer las cosas", explica Cardona. "Se explicarán las obras e intervendrán representantes de varias entidades supramunicipales, pero el alcalde no podrá intervenir", ha detallado el primer edil.
Cardona también ha mostrado su discrepancia con el diseño de la variante, una obra que lleva más de 30 años proyectada y que ahora reinicia sus obras tras un primer intento fallido en 2007, cuando la entonces empresa adjudicataria entró en concurso de acreedores y se tuvo que rescindir el contrato.
"Todo este proceso nos deja una obra que no nos gusta a una parte de la ciudadanía de Benissa. Consiste en un trazado de 3,5 kilómetros dividido en 19 estructuras, con dos carriles en cada dirección. A lo largo del trazado se diseñan dos glorietas, de diferente desnivel, con cuatro pasos inferiores, una especie de scalextric gigante con una inversión de 29 millones de euros. Están contempladas pantallas antiruido y dos taludes bastante elevados", expone el alcalde.
"Creo que la obra se podría haber diseñado buscando un menor impacto ambiental y visual teniendo en cuenta la futura liberalización de la autopista AP7. Nuestro paisaje es un valor a preservar y desde este punto de vista echo de menos un mayor implicación y presión de las anteriores corporaciones locales. Da la sensación de que daba igual cuál era proyecto, lo único que se perseguía es que se acabara y punto", ha expresado el alcalde.
Aunque el proyecto lleva más de 30 años, ha sido gestionado fundamentalmente en las últimas corporaciones con mayoría del PP. En enero, con la dimisión del alcalde popular Juan Bautista Roselló, hubo cambio y la izquierda, con Reiniciem, PSPV y Compromís, con el respaldo del ex concejal de Ciudadanos, Isidor Mollà, se hizo con el Gobierno local.