ALICANTE. El Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert se ha decidido por convocar finalmente un nuevo concurso público para elegir al director del organismo, tras la dimisión de María Teresa Pérez Vázquez a raíz de la polémica generada por la contratación externa de la renovación de imagen de la entidad a José Vicente Castaño, subdirector del área de Comunicación Audiovisual y Redes Sociales en el equipo de la propia institución en ese momento, ahora ya fuera de la dirección.
La Diputación de Alicante —administración de quien depende el instituto— opta así por iniciar un nuevo concurso abierto, como ya anunció en el mismo comunicado en el que se informaba de la dimisión de la exdirectora, pero lo hace después de haber tanteado a los finalistas del anterior proceso selectivo en el que salió elegida Pérez-Vázquez. Por un lado, el exdirector del Gil-Albert que se presentaba a la reelección, José Ferrándiz Lozano. Por otro, Santiago González Varas.
De esta forma, la Diputación se ha dado más de un mes para meditar la decisión entre las dos alternativas que tenía el organismo público: ceñirse a ese mismo proceso selectivo ya finalizado y elegir por uno de los otros dos finalistas, lo que habría recortado los tiempos para volver a la normalidad en la actividad, o empezar de cero y volver a convocar un nuevo proceso abierto. Opción por la que se han declinado y que se anunciará esta misma semana, según ha confirmado el área de Cultura de la institución provincial.
Al respecto de esta decisión, González-Varas ha confirmado a Alicante Plaza este encuentro para tratar de dar una salida rápida al bloqueo del Gil-Albert y ha expresado su "tristeza y frustración por la falta de reconocimiento" a su figura al optar la Diputación de Alicante por iniciar un nuevo concurso. Al mismo tiempo ha confirmado, como ya adelantó este diario, que no participará en esa nueva convocatoria. Del mismo modo que tampoco lo hará Ferrándiz Lozano, que desde el principio descartó de esta posibilidad, aunque también se reunió posteriormente con el área de Cultura.
Todavía no se han comunicado las bases de ese nuevo concurso ni los plazos provisionales en los que se cumplimentarán dichos trámites. Sin embargo, si ocupase el mismo periodo de tiempo que requirió el anterior proceso —que fue algo más de tres meses, coronavirus mediante—, Alicante no tendría un nuevo director o directora del Gil-Albert hasta el inicio del verano, aunque en esta ocasión quizá los tiempos puedan agilizarse.
Con todo, lo cierto es que quien llegue ahora iniciará sus tareas con ciertas limitaciones. En primer lugar, porque comenzará justo en el ecuador del mandato, por lo que contará dos años menos de actividad en el organismo cultural. Además, se desconoce si podrá crear su propio equipo o si deberá mantener al existente, tras las últimas dimisiones.