ALICANTE. La escultura monumental Gigante de sal de Coderch y Malavia ya tiene nuevo hogar. Tras terminar su etapa en La Marina de València después de un año de estancia, el municipio de Teulada Moraira, junto con Coderch y Malavia, anuncian que el Gigante se instalará en la costa del municipio alicantino, a los pies del mar. El acto de inauguración será el 6 de marzo, coincidiendo con las fechas próximas al aniversario del inicio de la pandemia en España, en homenaje al significado de la pieza: una oda a la fortaleza humana ante situaciones difíciles como la crisis de la covid-19.
Los artistas Coderch y Malavia han agradecido a Teulada Moraira el interés por contar con el gigante en un sitio tan privilegiado como la costa del municipio. “Es un honor para nosotros que el gigante comience su nueva etapa en Teulada Moraira, en un sitio tan representativo de la belleza de la Comunitat Valenciana”. El dúo artístico, afincado en Valencia, también ha querido resaltar el mensaje detrás del Gigante de sal, una celebración al renacer de la sociedad tras catástrofes colectivas.
El alcalde de Teulada Moraira, Raúl Llobel, ha expresado el orgullo de que su municipio sea el nuevo escenario de esta pieza que ya ha pasado por ciudades como Múnich, Toulouse o Capri en el afán de los artistas por acercar el arte a la calle. “Estamos contentos de tener una figura en Teulada Moraira que represente el renacer de la sociedad, la capacidad de superación y la demostración de que juntos somos más fuertes. Agradezco, por ello, que Coderch y Malavia, galardonados con el Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, hayan aceptado que nuestro pueblo sea el nuevo destino del Gigante de sal”, asegura.
La escultura Gigante de sal es una de las obras con más proyección internacional del dúo artístico, Coderch y Malavia. Esta pieza monumental de bronce ha recorrido diferentes capitales europeas difundiendo su significado. Los artistas crearon el gigante inspirados por la interpretación de la danza Butoh de Fred Herrera, quien hace solo unas semanas viajó a Valencia para ver la escultura en persona.
Este baile japonés, que se remonta a los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, refleja la resiliencia y fortaleza del ser humano para renacer tras grandes catástrofes como la bomba de Hiroshima. Un mensaje con una conexión directa a los años de pandemia tras los que el Gigante se convierte en un símbolo de la fuerza de la sociedad.
Coderch y Malavia se unieron en este proyecto en común hace solo seis años. En este tiempo han conseguido una proyección internacional que les ha llevado a ser galardonados en dos ocasiones en el International ARC Salon, uno de los concursos de arte más señalados de Estados Unidos. Los artistas han exhibido sus obras alrededor del mundo, destacando galerías como el Sotheby’s de Nueva York, el Context Art Miami o el Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM) de Barcelona.
En España, la pareja artística fue premiada con el Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura en su 52ª edición por su pieza Hamlet. Desde su taller en Valencia crean sus obras hiperrealistas inspirándose en el ser humano como centro de su arte. Su trabajo captura la belleza y la contradicción de las personas basándose en la mitología y los problemas que afronta la humanidad como el deterioro del medio ambiente o la falta de igualdad.