VILLENA. La guerra de la cultura tiene varios frentes abiertos. Durante cuatro días, el bombardeo se sitúa en Villena, donde el Frente de Iniciativas Contemporáneas (FIC) liderará la lucha por reivindicar los nuevos lenguajes artísticos. Lejos de las metralletas y el fogueo, las armas que se empuñan son la danza, el audiovisual, el teatro, el videoarte o el grafiti. En total, una veintena de manifestaciones culturales que del 25 al 28 de noviembre tendrá su cuartel en la Casa de la Cultura (KAKV) y alrededores (la plaza delantera y la ermita trasera).
La figura del coronel jefe la encarna Pepe Ayelo, director del FIC y de la KAKV, quien insiste en la necesidad de "reivindicar los nuevos lenguajes contemporáneos" y explica el carácter underground del evento argumentando que "las instituciones no acogen a muchos de los artistas por no estar en el mercado; a nosotros nos parece necesario ayudar a que las obras de estos creadores sean conocidas y reconocidas".
Dentro de la tercera edición del festival, el porcentaje de artistas autóctonos de Villena se sitúa en un 40 % frente al 60 % de creadores foráneos y al 100 % ellos -y sus artes- se les da cohesión bajo un mismo evento a través de cuatro comisarios. José Ortiz y Andrés Leal -en artes escénicas y música- y Ana Esteban y Elena Ferrando -artes plásticas- forman el "grupo motor" quienes, junto con Ayelo, arman las propuestas. "Como centro cultural tenemos la obligación de que la ciudadanía conozca el trabajo artístico de aquellos artistas que no están en los medios de comunicación", sostiene el director.
Ese es el espíritu con el que, tres años atrás, nació este frente que, a su vez, busca ofrecer nuevas experiencias creativas al público. "En primer lugar hay que pensar en la temporalidad", establece Ayelo un primer paso para lograr este objetivo. "Lo normal en el caso de las artes plásticas es que las exposiciones se programen para meses; en este caso, estarán los cuatro días que dura el festival". Y añade que también influye la manera de mostrar: "Hay manifestaciones artísticas que se van a percibir desde la piel, porque los espacios son reducidos. La gente vive la experiencia desde muy cerca". Es decir, el contenido se mantiene -el arte sigue siendo arte-, pero el continente es lo que presenta variaciones.
Si bien las manifestaciones artísticas son las que atraen a las personas a empaparse de esa cultura que estará disponible durante cuatro días, el FIC también actúa de manera contraria, acercando el arte al público, en una labor de democratización del arte. En este sentido, dentro de las actividades que presenta el evento se trabaja con escolares a través del colectivo No Borders, "que lleva sus propuestas de artes sin fronteras por todo el mundo. Ellos mandaron una serie de propuestas a las escuelas en las que se hablaba de la función del arte como elemento transformador de la sociedad. Con este material, los escolares vienen a visitar una exposición y hacen su propia obra de arte interpretando lo que para ellos significa esa frontera y el apoyo a los refugiados", explica el taller.
Con esta tercera edición, el FIC se consolida como un festival con un triple objetivo: defender los nuevos lenguajes contemporáneos, acercar a los conciudadanos la obra de otros villeneros y villeneras y dar a conocer a "la gente que está haciendo cultura desde el borde, por debajo del radar, al margen de las instituciones", define el director de la iniciativa. Y establece que "la ciudadanía tiene que asumir y amar el arte de su tiempo; no solo lo que está en los medios, sino también al margen, que muchas veces es donde está el arte más sincero".
Pese a que el evento se va a celebrar en Villena, se presentó en el alicantino Teatro Arniches, según justifica Ayelo, por la posibilidad de captar a un mayor número de personas. "Que sea en Villena es una manera de llamar la atención a la sociedad de la provincia para que sepa que estamos abiertos a recibir propuestas y a invitarles a venir a Villena esta semana. Y que se presente en la ciudad de Alicante nos permite llegar a más gente", cuenta.