AREQUIPA. El motociclista español Lorenzo Santolino (Sherco), debutante en el Dakar, es la revelación de la primera semana del Rally al terminar en cuarto lugar una etapa y situarse en la undécima posición de la clasificación general.
Con permiso del estadounidense Ricky Brabec (Honda), que no entraba en ninguna quiniela para liderar la general a estas alturas de carrera, Santolino brilla en la carrera por ser el debutante que más alto figura en la clasificación.
Para el piloto de 31 años esta es su primera vez en el rally más duro del mundo tras haber competido durante doce años en el mundial de enduro.
"Sentía que necesitaba un cambio en mi vida deportiva", comentó a la Agencia Efe este piloto que se subió por primera vez a una moto a los 4 años, empezó a competir a los 8 y a los 29 ya era cinco veces campeón nacional de enduro.
En solo cinco etapas, Santolino se coló entre los mejores pilotos del mundo de los rallys 'cross country', entre ellos el australiano Toby Price, el británico Sam Sunderland y el austríaco Matthias Walkner, todos ellos campeones del Dakar y corredores oficiales de KTM.
"Es un orgullo poder estar rodando con ellos, e ir delante de ellos. Contento de poder estar a su lado, aprender de ellos e intentar estar ahí siempre adelante", valoró Santolino.
Con ellos corrió el tramo del rally que mejor recuerdo le ha dejado, una salida con diez pilotos en línea en una playa a orillas del océano Pacífico por la que rodó durante seis kilómetros y donde llegó al final de esta en segunda posición.
"La verdad es que era un poco peligroso. Eran seis kilómetros de playa y al final había un punto GPS (por donde los pilotos están obligados a pasar para continuar el recorrido)", narró Santolino.
"La estrategia me vino muy bien porque conseguí salir segundo de la playa y coger todas las zonas de fesh-fesh (arena muy fina) en una posición delantera para no tragar tanto polvo y perder visibilidad. Es muy peligroso quedarse dentro de las nubes de polvo que se generan", comentó.
Sus prometedores resultados en el Dakar son para él una recompensa a una preparación de casi un año para estar en este rally de la mano de la fábrica Sherco.
Sin embargo, reconoció que el Dakar le está resultando más duro de lo que esperaba no solo por los tramos de competición sino por los largos enlaces que tienen que hacer entre las zonas cronometradas y los campamentos, que pueden llegar a casi 500 kilómetros.
"Son muchos kilómetros después de las especiales. No hay nada tiempo cuando llegas al vivac (campamento), ni siquiera de comer. La dureza, a parte de la pista, es la suma de todas esas horas sin dormir y de kilómetros en la moto. Eso pasa factura", señaló Santolino.
El piloto afirmó que no se esperaba estar tan arriba al término de la quinta etapa porque no se había fijado ningún resultado, ya que su único objetivo era aprender. "Depende de las expectativas que tuviese cada uno de mí. Yo estoy intentando hacer las cosas lo mejor posible", agregó.
Al salmantino le esperan todavía más de 2.000 kilómetros de rally, de ellos unos 1.400 cronometrados, con la expectativa de continuar su progresión por las dunas del desierto peruano para llegar lo más alto posible al podio de meta en Lima este jueves 17 de enero.