Los franjiverdes estuvieron toda la segunda parte a una expulsión de provocar que el partido contra el Rayo se les diera por perdido.
ALICANTE. El Elche jugó con fuego este sábado en Las Rozas. La ensalada de incidencias (no imputables al club franjiverde) que salpicaron la previa del choque ante el Rayo Vallecano de la noche del sábado estuvo a punto de quedar en meras anécdotas desde poco antes del descanso cuando el Elche pasó a estar coquetear con la alineación indebida.
El cuerpo técnico franjiverde (y el club en su conjunto, tal y como pudimos comprobar en Alicante Plaza durante el descanso) demostró que conocía la reglamentación, pero eso no impidió que se corriera el riesgo de incurrir en la citada falta a partir del minuto 43, cuando 'Nuke' Mfulu fue sustituido por Diego Bri.
Aunque el pasado verano la Real Federación Española de Fútbol rebajaba a cinco el número mínimo de jugadores con licencia de la primera plantilla para poder disputar un partido (y que han de estar en el campo durante su desarrollo) cuando haya positivos por Covid-19 (que se lo digan al Granada), en el resto de casos sigue vigente la exigencia recogida en el artículo 223 del Reglamento General, que obliga a los equipos a contar de inicio y durante el desarrollo de los encuentros con "siete futbolistas de los que conforman la plantilla de la categoría en que militan", es decir, con siete futbolistas con licencia del primer equipo.
Jorge Almirón se había llevado a 20 jugadores hasta Madrid, entre los que se encontraban cuatro con ficha del Ilicitano: el central Gerard Barri, el lateral José Salinas, el mediocentro Jony Álamo y el delantero Diego Bri. Los tres primeros jugaron de inicio por lo que el Elche arrancó el partido con ocho futbolistas con ficha del primer equipo; sin embargo, la lesión de Mfulu al borde del descanso llevó al técnico a dar entrada al cuarto jugador con ficha del filial convocado, a Diego Bri.
Como no había más jugadores con licencia del filial en el banquillo, no existía riesgo de incurrir en alineación indebida por medio precisamente de un cambio (que se sustituyera a un jugador con ficha del primer equipo por otro con ficha del filial, por decisión técnica o por lesión, y pasara a haber menos de siete de los primeros en el campo), pero sí de que la hubiera por culpa de una expulsión, concretamente de uno de los siete jugadores con licencia del primer equipo. De haber visto una doble amarilla o la roja directa alguno de ellos, el Elche habría pasado a contar con seis futbolistas con ficha del primer equipo, es decir, a incurrir en alineación indebida, por lo que el partido se le hubiera dado por perdido (3-0).
Almirón jugó con fuego porque tuvo la opción de sustituir a uno de los cuatro jugadores del filial que estaba sobre el verde por uno de los profesionales que seguía el partido desde el banquillo, pasando a tener a ocho futbolistas con licencia del primer equipo en el campo, de manera que la expulsión de uno de ellos no tuviera un efecto letal para las aspiraciones de su equipo, pero la realidad es que no hizo más cambios: la sustitución de Bri por Mfulu fue la única que ordenó en todo el partido.
Las bajas que arrastraba el equipo complicaron la confección de la convocatoria, pero es que el interés en dar descanso a otros jugadores, pese a que estaban convocados, conllevó una peligrosa autolimitación de los movimientos desde el banquillo durante el desarrollo del choque.