ALICANTE. Pese a que el actual mercado de fichajes en Segunda B es muy distinto al de hace un año, cuando había dos equipos, Mallorca y Elche, que echaban mano del talonario sin contemplaciones y generaron una burbuja que doce meses después se puede considerar pinchada, para el Hércules sigue siendo difícil hacerse con sus primeros objetivos y es para muchos jugadores no todo es el dinero, que en el caso de los blanquiazules tampoco es precisamente un arma.
Si Nacho Navarrete decidía días atrás regresar a Chile cuando Portillo y un Planagumà que le conocía bien de su etapa en el filial del Granada habían apostado decididamente por hacerse con los servicios del mediocentro un curso más, un firme candidato a reforzar el ataque como es Joselu también se escapa y es que todo apunta a que seguirá jugando en Galicia aunque sigue sin estar nada claro que sea en el Racing de Ferrol y para más inri, este martes Tomás Sánchez, jugador a cuya cesión por parte del Cádiz aspiraba el Hércules y al que Planagumà había tenido también bajo sus órdenes en el Granada B, se vinculaba finalmente con el Ejido. En el caso de este último, lateral zurdo de 24 años de edad, el problema ha sido económico (era una operación cara para las cantidades que maneja el club blanquiazul para reforzar esa posición concreta en la que además quiere incorporar a un jugador sénior y a un sub-23), pero no el Navarrete y menos el de Joselu que podría seguir jugando en Tercera.