El 'efecto Pacheta' no debe ser flor un día

5/03/2018 - 

ELCHE. Pacheta ha aterrizado en Elche como un tsunami. Sus mensajes son potentes, cargados de optimismo y motivación. Sin pelos en la lengua, no duda dos veces en decir las cosas tal y como son, así como tampoco esconde sus cartas. Tiene claro el equipo que quiere ver sobre el césped y fuera de él. Su misión es fabricar un bloque, una piña humana que reme en la misma dirección. Josico deseaba lo mismo pero el vestuario terminó quebrándose y él cayendo. Lanzó un órdago a la plantilla, un ‘all-in’, y perdió.

Las declaraciones que dejó a su salida han caído como una losa en un vestuario que ya estaba herido por el rumbo intermitente del equipo. Ante el Llagostera se pudo apreciar esa rabia contenida de un grupo que quiere demostrar lo equivocado que estaba su extécnico. La “falta de actitud” a la que se acogió Josico fue una bomba difícil de digerir. Verdú, capitán franjiverde, contestó con brillantez en sala de prensa y el grupo refrendó su mensaje sobre el césped el domingo.

Dos entrenadores después Pacheta ha llegado con las pilas cargadas. Su entrada desconcertó a muchos, que no veían claro cómo un entrenador ‘old school’ podía mejorar la situación y la sombra de Eloy (querido por la afición) todavía estaba presente. Dos ruedas de prensa y una victoria después y se ha metido al público en el bolsillo. Sus palabras son claras, directas, punzantes y, sobre todo, motivadoras. Debe calar entre los suyos y no esconde que su objetivo es ascender. Nada de ‘play-off’, ha llegado aquí “para subir a Segunda” y eso ‘pone’ a cualquiera.

Ayer aseguró que la victoria se empezó a construir a través de Edu Albacar, que no se vistió de corto, dejando entrever alguna charla propia de vestuario. Su jugada fue brillante, contenta al jugador que no juega, refuerza el espíritu de grupo y gusta a la afición, para la cual el lateral es un ídolo. En el verde, quiere un equipo férreo, sin tonterías detrás, de los de Segunda B de toda la vida y, a partir de ahí crecer teniendo en cuenta la pólvora que atesora el Elche de medio campo hacia adelante. Parece sencillo pero ni Mir ni Josico lo consiguieron antes.

El Llagostera no disparó a puerta en todo el partido y José Juan fue un espectador de lujo. Algo muy, pero que muy positivo. Minimizar errores y aprovechar las ocasiones, un topicazo del fútbol que cuando haces tuyo sienta de fábula. Ahora la pelota está en el tejado de la plantilla y de ellos depende que el ‘efecto Pacheta’ no sea flor de un día. Ante el Alcoyano, también con nuevo míster, será una bonita oportunidad para demostrar que este Elche no renuncia a nada.

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