MADRID (EFE). El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, y su hijo Gorka eran detenidos este martes en el marco de una operación anticorrupción llevada a cabo por la Guardia Civil, acusados de desviar fondos de los partidos de la selección española para enriquecerse ilícitamente.
La Operación Soule -que toma el nombre de un juego de pelota medieval- está dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz que ha ordenado registros en varios domicilios particulares como el de Villar, además de la sede central de la RFEF, las dependencias de las federaciones de Andalucía, Comunidad Valenciana, Baleares, Las Palmas, Tenerife, Extremadura y Ceuta y Melilla o de la sociedad del hijo de Villar, Sport Advisers.
Los investigadores apuntan a que Villar, que lleva 28 años en el cargo, cobraba comisiones por la celebración de partidos de la selección y se servía de su puesto para la contratación de servicios y otras relaciones comerciales en beneficio de su hijo, abogado experto en derecho deportivo y al frente de varias empresas donde eran desviadas cantidades de dinero.
Denuncia del CSD
Aunque las pesquisas parten de una denuncia del Consejo Superior de Deportes (CSD) presentada en 2016, fuentes de la investigación han detallado a Efe que se investigan hechos desde 2009, entre ellos dos partidos amistosos entre España y Corea del Sur celebrados en 2010 y 2012, durante las fases preparatorias del Mundial y la Eurocopa que ganó la selección de fútbol en esos años.
Los agentes han investigado también durante meses los movimientos de la cúpula federativa y han logrado escuchas telefónicas, según las fuentes.
La sospecha es que Villar y otros dirigentes federativos se habrían excedido en su labor de gestión del patrimonio de la federación, habrían favorecido la contratación de sociedades de las que obtendrían comisiones y formarían parte de una "operativa continuada de apropiación indebida" de fondos de la federación tinerfeña.
Concretamente, la denuncia del CSD acusaba al máximo responsable de la RFEF de impulsar la celebración de partidos entre la selección española de fútbol y otras selecciones, consiguiendo contraprestaciones para la contratación de servicios y otras relaciones comerciales en beneficio de Gorka Villar.
Los delitos de los que se les acusan son administración desleal, apropiación indebida, corrupción entre particulares, falsedad documental y alzamiento de bienes.
Villar pasa la noche en el calabozo
58 días después de iniciar su octavo mandato como presidente de la RFEF, cargo que desempeña desde hace más de 28 años, y tras esquivar en los últimos años varios escándalos de corrupción, como el caso FIFA, Ángel María Villar, de 67 años, era detenido en torno a las ocho de la mañana en su domicilio en el centro de Madrid.
Tras asistir a los diferentes registros era trasladado a la dependencias de la Guardia Civil para declarar, pasando la noche en el calabozo ya que su puesta a disposición judicial no está prevista hasta el jueves o el viernes.
Más detenidos
También eran detenidos su hijo Gorka, el vicepresidente de la RFEF y presidente de la federación tinerfeña, Juan Padrón, y el secretario de esa federación regional, Ramón Hernández Baussou.
FFCV
El presidente de la federación valenciana, Vicente Muñoz no era detenido pero sí prestaba declaración en la Comandancia de la Guardia Civil en calidad de investigado.
A última hora de la tarde, Muñoz accedía en coche a las dependenciaS del Instituto Armado en el barrio de Patraix de València.
Su declaración podría estar relacionada con los vínculos de su empresa, una agencia de viajes, con la Federación Española de Fútbol. De hecho, durante la mañana, la Guardia Civil había registrado tanto la sede de la federación como la agencia.