BENIDORM. Los alcaldables de Benidorm cuyos partidos tienen representación en el Consistorio, PP, PSOE y Cs, han hablado este miércoles sobre las cuestiones de ciudad planteadas en el último debate que tendrá lugar en el municipio. Un encuentro organizado por las radios comarcales Onda Cero Marina Baixa, Radio Benidorm Ser y Radio Sirena Cope. El evento, cerrado al público, tuvo lugar en el Torrejó de Benidorm y sirvió para que los candidatos enfrentaran sus propuestas a la realidad de sus rivales políticos, pero terminó encontrando un camino hacia el cruce de acusaciones entre el PP y el PSOE, mientras Cs trataba de introducir sus proyectos como podía.
El debate se dividió en tres bloques, como son el turismo y el comercio, la escena urbana y finalmente los servicios a la ciudadanía. Los primeros minutos centraron la conversación en la posible implantación de la tasa turística. Todos coincidieron en su rechazo, incluida la candidata del PSOE, Cristina Escoda, que se comprometió a no aplicarla si llega a ser alcaldesa de la ciudad. Una postura que coincide con el popular Toni Pérez, y la liberal Victoria Villar.
La socialista recordó que se trata de una medida que se puede aplicar en función de si la aprueba cada ayuntamiento de manera individual. Sin embargo, Pérez mostró su oposición a esta figura fiscal asegurando que si el PP entra en el gobierno de la Generalitat, la derogará, porque mientras siga existiendo, está el riesgo de que se pueda aprobar en cada municipio, según la tesis del actual alcalde del municipio. A continuación, Pérez destacó que "Benidorm es turismo y amable", además de sostenible, accesible e innovadora, todo ello debido al "contacto directo" de los que gobiernan con los vecinos. Remarcó, por tanto, el rechazo a la tasa que proviene, dijo, de la turismofobia.
Todos coincidieron en la importancia del sector turístico para la economía de la ciudad, aunque la socialista también quiso poner el foco en "no descuidar" al comercio y la restauración. Así, lanzó una de sus propuestas dirigidas a reunir una mesa de diálogo con el sector para impulsar una ordenanza de ornamentación con el fin de "tener la mejor imagen posible", refiriéndose a las fachadas de los establecimientos.
Escoda fue la que más habló, seguida muy de cerca por Pérez. En su discurso, la primera siguió con las obras en las calles. Aclaró su respaldo a la peatonalización de las calles, pero reclamó al popular que haya mejoras en otros aspectos como el transporte público de autobuses. Ante esto, el candidato del PP recordó que se trata de un servicio que depende de la Generalitat y por el que hace cinco años pidieron un cambio en la gestión que no se les ha concedido.
En este caso, Pérez optó por arremeter contra el gobierno del PSOE que le antecedió y en el que Escoda era concejal de gobierno. Recordó entonces las obras de la Avenida Jaime I que terminaron con la tala de gran parte de los árboles del vial, un suelo parcheado y toldos para dar sombra. "Esa no es la ciudad que queremos", manifestó. Estos reproches entre PP y PSOE trató de cortarlos Villar, que criticaba a sus rivales políticos asegurando que sobre la mesa faltaban propuestas, "nadie está dando soluciones".
En este sentido, recondujo el debate hacia uno de los problemas de la ciudad: el acceso a la vivienda. "Benidorm es una ciudad para vivir y para trabajar en paz", espetó la liberal. La propuesta de la formación naranja es introducir en el municipio el coliving, hogares con zonas comunes que comparten los diferentes vecinos de una comunidad, como puede ser el salón, el espacio para la lavandería o jardines. Por su parte, el PP aseguró que en su intención está la creación de 600 viviendas sociales y recordó que había entregado ayudas al alquiler por valor de 322.000 euros. Una cifra insuficiente para Escoda, que calculó en unos 100 euros por solicitante.
"Es una ciudad intransitable a la que la gente no quiere venir a comprar y consumir", continuaba Escoda. Al hilo y siguiendo con las ayudas, Pérez optó por vender gestión, señalando las ediciones del bono consumo que había puesto en marcha desde la pandemia y cuyo valor en el tejido empresarial reconoció con una facturación que se triplicaba en esas semanas para los negocios. A su vez, explicaba que para la transformación de la ciudad se habían habilitado plazas de parking a lo que esperan sumar otras 1.000 más si siguen gobernando.
Ya en el segundo bloque, la escena urbana, el debate se encendió más. "Montaña rusa de baches", esta es la definición de Villar sobre las calles de la ciudad introduciendo las quejas sobre el número de badenes para reducir la velocidad del tráfico. Para Escoda, la limpieza del municipio "es algo fundamental que no ha cuidado el equipo de gobierno". El contrato que rige la concesión terminó en 2018, y que siga sin aprobarse el nuevo pliego ha servido como arma arrojadiza contra el PP.
A su vez, el PSOE acusó al gobierno local de actuar por impulsos a la hora de hacer las obras, asegurando que llegaban abrir hasta tres veces un mismo vial. De este modo, acusó una "mala planificación" de las actuaciones por acometerlas en la playa durante la Semana Santa y en los colegios cuando es periodo lectivo: "Debe reconocer que la ciudad está sucia", apostilló. Dos contra uno. El alcalde aseguró que "no hay ni un solo badén de la ciudad que no esté pedido por escrito por un vecino de la calle". Pérez aseguró que en estos ocho años se había hecho una "renovación de la escena urbana como nunca".
En materia de limpieza, Pérez mencionó que fue en el gobierno del PSOE cuando se rebajó el presupuesto un 25% del contrato de la limpieza viaria. En aquel momento, el gobierno local se enfrentaba a un Plan de Ajuste en el que recortaron gasto de numerosas partidas con el objetivo de rebajar la deuda. Frente a las acusaciones de Escoda, el popular aseguró que el recibo de la basura no había subido en los últimos ocho años -desde que entró al poder- y recordó que a pesar de que se ha incrementado la aportación que tiene que hacer el Ayuntamiento al Consorcio por el tratamiento de la basura, no se ha repercutido a los ciudadanos. Escoda, por su parte, acusó al PP de priorizar el "periodo electoral a decirle la verdad a los ciudadanos", aventurándose a un posible incremento cuando se apruebe el nuevo contrato y criticando que a pesar de que tenga mayoría absoluta no haya aprobado un presupuesto para 2023.
Tras momentos breves de tensión entre los dos grandes partidos, el tercer bloque orientado a los servicios a la ciudadanía volvieron a ser protagonistas las propuestas. El primer turno, elegido por sorteo, fue en este caso para Toni Pérez, que entre otros asuntos habló de las 600 viviendas sociales o la creación de las Oficinas de Atención al Mayor que permita entre otros asuntos reducir la brecha digital. Además de tres nuevas bibliotecas, una en el Rincón de Loix, otra en el centro y otra en la Cala y la extensión a todos los centros de los servicios de la Escola Matinera.
Sobre este último punto, Escoda señaló que muchos padres que necesitan dejar a sus hijos a las ocho de la mañana en los colegios han rehusado de hacerlo por el alto coste que supone. En la actualidad, la gestionan las asociaciones de padres y madres, por lo que la propuesta de la socialista es que el Ayuntamiento las ofrezca de manera gratuita. Además, aseguró que abrirán los centros sociales de los barrios para que puedan tener uso por las tardes, horario en el que está cerrado ahora por falta de conserjes, según dijo Escoda. Además, mencionó un nuevo bono cultural para jóvenes como compromiso en su programa electoral.
Por su parte, Villar acusó al PP de apropiarse de su proyecto de Oficina de Atención al Mayor, mientras que insistió en incluir una cubierta retráctil a la futura plaza de toros cuya remodelación está pendiente. Al mismo tiempo, apostó por ampliar el centro social Pepa Esperanza para dotar de más espacios a las asociaciones que allí tienen su sede, así como dar un bono para gafas a niños de menos de siete años.
Una tregua que duró poco, después de que se volvieran a cruzar acusaciones entre los dos partidos que han gobernado en la ciudad. Pérez recordando la subida de impuestos en 2012 con el gobierno socialista; Escoda asegurando que se debía a la deuda heredada por el mandato del PP anterior. A lo que le seguía un interpelación encendida entre ambos. La socialista aseguraba que estaba usando la Alcaldía como "trampolín para enseñar sus méritos" al candidato a la Generalitat por el PP, Carlos Mazón, y relacionándole con un posible futuro como presidente de la Diputación si les dan los números. La respuesta de Pérez, ser alcalde de Benidorm hasta 2027 si gana las elecciones, no dejó satisfecha a Escoda, que siguió recriminando la posibilidad de que compatibilice los dos puestos. Un sinfín de reproches que se terminó con un cordial saludo entre los tres candidatos una vez cerrados los micrófonos.