Laboratorio de Bioarray con el robot OpentronsELCHE. Al igual que muchas empresas de la industria del calzado y textil han reorientado en cierta forma su producción para dedicarla al sector sanitario, el coronavirus también ha provocado que otras empresas abran nuevos nichos de mercado. También en el sector biotecnológico, donde la ilicitana Bioarray ha estado durante un mes pasando los trámites sanitarios pertinentes con la Conselleria de Sanitat para poder realizar test PCR y rápidos desde su sede del Parque Científico de la UMH, en el que han estado readaptando su laboratorio para unas labores que se antoja van para largo.
Para poder realizar estas pruebas, la Conselleria tiene que examinar unos parámetros de habilitación como laboratorio clínico, y durante el pasado mes el que dirige Andrés Antón ha estado trabajando para su puesta a punto. Ya han pasado la inspección de Sanidad, que también tiene que comprobar los estándares del laboratorio; que tenga un nivel de bioseguridad 2, que es el que se exige a los que trabajan con virus. Una vez pasado el trámite, este se ha compartimentado: el propio laboratorio y la toma de muestras, que tiene lugar en el exterior. Además, también han montado un módulo separado de la sala de muestras y otro para la sala de espera de los pacientes, ya que "podemos encontrarnos con asintomáticos", explica Antón. Ahora mismo tienen una capacidad para una producción de 2.000 muestras semanales: 400 de PCR al día y 150 test rápidos.
En cuanto al personal, está habilitado con mono, gafas y guantes. Además, habían adquirido recientemente un robot Opentrons para hacer librerías de secuenciación masiva para poner en marcha el laboratorio de Microbiología, "pero nos dimos cuenta que era buena herramienta para purificación". Con él pueden procesar y extraer las pruebas automáticamente. De esta forma no hace falta que el operador toque la muestra, por lo que esta "se manipula lo menos posible" y evita posibles errores humanos, "aparte de aumentar la rapidez", añade Antón. Esta máquina permite multiplexar —hacer de un golpe varias muestras— y trabajar a la vez con 96 muestras.
Por tanto, aunque ha bajado el trabajo, lo han reenfocado en otra vertiente genética, más allá de la propia. Aunque la plantilla es de 25 personas, también se han acogido a un ERTE por la bajada de la producción, y mantienen a cuatro personas en el laboratorio, otra parte teletrabajando, y el resto en el expediente. Como señala Antón, tienen un segmento de trabajo "muy potente", que es el de la reproducción asistida. Ahora, antes de que una mujer entre al quirófano hay que hacerle un test PCR 48 horas antes para comprobar que todo esté en orden. Pero no solo a las embarazadas, también a los donantes. Así que tiene un nuevo nicho de trabajo además del servicio diagnóstico y las pruebas que a partir de ahora realizarán en empresas y a trabajadores. Acaban de dar el anuncio, por lo que esperan que a partir del lunes vayan llegando las solicitudes.
Así que ahora, además de haber habilitado la parte de Microbiología en el laboratorio para empezar a trabajar en algunas enfermedades como el HPV —Virus del Papiloma Humano—, abren otro mercado con la parte genética, ya que entienden que va a ser un servicio que se extienda en el tiempo, de cara a la tan repetida 'nueva normalidad'. El otro aspecto genético con el que han venido trabajando siempre y cuya demanda ha bajado por la crisis es el diagnóstico genético prenatal y postnatal, así como el preimplantacional.
Hace unos días, junto a la Asociación de Empresas de Biotecnología de Alicante (Aeba) —que Antón preside—, volvieron a poner la capacidad de los laboratorios privados a disposición de la Conselleria con el no cambio de fase. Ahora, al rebajar las condiciones y hacer los test a pacientes más leves, es necesario incrementar la capacidad de los mismos. Eso sí, como los trabajadores que se la realicen tienen que tener prescripción médica, Antón advierte que "la mayor parte de los asociados van haciendo esto muy lentamente porque la prescicpción médica limita mucho".
