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LÍNEA DE ACTUACIÓN PARA EVITAR CONSTRUIR UN VERTEDERO

El consorcio de residuos de la Vega Baja pide suelo municipal en polígonos para ubicar plantas de tratamiento de orgánicos

6/07/2021 - 

BIGASTRO.  La presidencia del consorcio de residuos  –tiene como nombre oficial Vega Baja Sostenible- convocó a los medios de comunicación a este lunes para anunciar una de las noticias que marcará el nuevo modelo de gestión en la comarca, tras la resolución del Tribunal Supremo que da a la UTE Cespa-Ortiz la razón como adjudicataria del plan zonal. Para adaptarse a la normativa y evitar la construcción de ningún vertedero las líneas de actuación se dirigen a una red de plantas de tratamiento de orgánicos en la mayoría de los municipios de la comarca. Para eso, solicita a los Ayuntamientos que pongan sobre la mesa parcelas municipales en polígonos industriales para que se destinen a este propósito.

Este importante anuncio se hizo con la puesta en escena de la segunda motivación de la rueda de prensa. Para trasladar una imagen de respaldo amplio ante las críticas del PSOE comarcal, la presidenta se flanqueó con alcaldesas y alcaldes del PP en la Vega Baja. De esta manera dio a conocer el nuevo rumbo de la gestión de los residuos.

La presidenta del consorcio, y alcaldesa de Bigastro, Teresa Belmonte, enfatizó la idea de que se abre una nueva vía de gestionar los residuos. Por un lado ante el empuje de la Unión Europea de incidir cada vez más en los principios de Economía Circular a través de un calendario para el correcto tratamiento de los residuos aplicable a todo el territorio de la UE. En él se establece un porcentaje de residuos que deben valorizarse y un porcentaje máximo que se pueden destinar a vertedero. Contempla un régimen sancionador. Por otro lado, ante la normativa de la Generalitat Valenciana, Plan Integral de Residuos, donde se desbanca la política de los macrovertederos, como estaba previsto para la Vega Baja, a favor de diferentes instalaciones repartidas por toda la comarca.

A estas políticas se le sumó en marzo el fallo del Tribunal Supremo, donde inadmitía el recurso que el consorcio presentó a principios de 2019 y daba la razón a la UTE Cespa-Ortiz confirmando su categoría de adjudicataria del plan zonal de la Vega Baja. Este proceso se judicializó cuando en 2015 la junta de gobierno del consorcio y la Diputación de Alicante, ambas bajo el mando de Luisa Pastor, decidió rescindir el contrato. Con todos estos elementos, el consorcio y la apuesta por una red de plantas de tratamiento de orgánica de pequeño tamaño, ha empezado a solicitar a los Ayuntamientos que informen sobre suelo municipal en polígonos industriales para llevar a cabo la construcción de estas instalaciones.

El propósito es construir una en cada municipio grande de la Vega Baja, adaptada a su tamaño y población fluctuante. En el caso de los pueblos pequeños se crearía una de estas plantas para núcleos que sumen hasta 15.000 habitantes. Belmonte ha insistido en recalcar que supondrá un sistema “modélico, que no generará ninguna molestia a los vecinos”. La inversión para la construcción de estas instalaciones llegaría casi en su totalidad de fondos europeos, asegura Belmonte, pero para ello, solicita celeridad a los Ayuntamientos para que el proyecto sea una realidad lo antes posible y no llegar tarde a esas líneas de financiación. El compost que se genere en cada una de estas plantas se entregará de forma gratuita a agricultores que así lo soliciten para sus tierras de cultivo, según aseguraba Belmonte.

Otra de las herramientas para evitar la construcción de un vertedero  en la Vega Baja es la creación de una planta para tratamiento de  voluminosos (muebles y grandes electrodomésticos), residuos de  construcción y una red de ecoparques. En este sentido, en la actualidad  hay dos que prestan un servicio itinerante y el objetivo es adquirir  cuatro más y adaptar uno fijo en Torrevieja que permita aplicar  bonificaciones a los vecinos que usen este servicio. Esta línea es la  fórmula con la que trabaja el consorcio para evitar sanciones y cumplir  con la normativa. También entra en la ecuación la planta de  transferencia que en septiembre entrará a funcionar en Dolores y que  gestionará el 90% de los residuos de la comarca.

Esta es la  fórmula planteada  para cumplir anticipadamente con un porcentaje de  reciclaje y valorización de los residuos. Si todo esto se cumple, solo quedará un pequeño porcentaje de restos que se trasladarán a vertederos de la provincia con la firma de  un convenio. Para cumplir con los  compromisos, “necesitamos un compromiso firme y decidido de los  ayuntamientos de la Vega Baja poniendo en marcha sistemas eficientes de  recogida selectiva, colaborando con los programas de educación ambiental  que el consorcio prepara para sus vecinos de manera que sepan donde  depositar sus residuos correctamente. Y lo más importante, aportando  suelo municipal donde ubicar las instalaciones de tratamiento para que  las plantas estén ubicadas donde los pueblos de la Vega Baja queremos, y  evitar molestias a los vecinos. Y lo necesitamos cuanto antes, pues es  ahora, en este momento, cuando estamos diseñando el sistema de gestión”  señalaba Belmonte. Ha enfatizado que “la Vega Baja no pagará  indemnizaciones ni sanciones y tendrá un proyecto de gestión que será un  referente a nivel internacional”.

Conversaciones con la empresa

El  31 de marzo, en la comisión de gobierno del consorcio, el director  general de Calidad y Educación Ambiental informó sobre el auto de  inadmisión del recurso de casación y por tanto la obligatoriedad de  cumplir con el contrato adaptándolo a la legislación actual. No fue  hasta el 19 de abril, asegura Belmonte, el consorcio no recibió la  notificación del Tribunal Supremo. Al día siguiente se puso en contacto,  a través de un registro oficial, con la UTE Cespa-Ortiz para  preguntarle si confirmaba su disponibilidad y posibilidad para llevar a  cabo las nuevas líneas de actuación sujetas a la normativa vigente. Una  condición sine qua non, -exigencia sin la cual no se  ejecutarían los trabajos- es que la mercantil debía formalizar su  desistimiento de los procedimientos judiciales todavía abiertos en  cuanto a la reclamación patrimonial de seis millones de euros, reclamado  por la anulación del contrato. El plazo que dio para su respuesta era  de diez días.

Justo cuando éstos se cumplían, la UTE registraba su  respuesta: “Es voluntad de la UTE ejecutar el contrato, de forma que  mostramos nuestra disponibilidad para entablar las conversaciones que  sean necesarias o convenientes con el consorcio para dar cumplimiento a  la referida Sentencia del TSJCV y, en consecuencia, para ejecutar el  contrato”. Solicitaba en esa misma respuesta también la constitución de  una comisión entre el consorcio y la UTE para consensuar las  adaptaciones y actualizaciones del nuevo contrato para dar cumplimiento  en la sentencia”.

Llevará al PSOE a los juzgados

Belmonte dedicó buena parte de su comparecencia a criticar el comunicado que el PSOE comarcal emitió el jueves de la pasada semana, un día después de que trascendiera a los medios la  sentencia del Tribunal Supremo. En ese comunicado criticaban con  rotundidad a la presidenta del consorcio. Le acusaban de “trato  humillante” y falta de lealtad institucional por no informar sobre la  resolución judicial. Belmonte se ha mostrado especialmente molesta con  el alcalde socialista de Dolores, Joaquín Hernández, y su homólogo de  Rafal, Manuel Pineda, al que les señala como impulsores de ese  comunicado. Califica de hipócrita su actitud porque según afirma,  representantes del PSOE estaban presentes cuando el director general de  Calidad Ambiental dio a conocer el fallo judicial. Belmonte les acusa de  falta de responsabilidad y califica de “ruin” su actitud.

El  comunicado también ponía en entredicho que la presidencia del consorcio  mantuviera reuniones con la UTE y lo hiciera de espaldas. “El comunicado  levanta sospechas de legalidad. Si tienen dudas que vayan al juzgado”  manifestaba molesta ayer Belmonte. No obstante avanzó que por su parte  sí acudirá al juzgado donde presentará un acto de conciliación “para que  los alcaldes del PSOE expliquen por qué están molestos”. “Yo sí estoy  molesta por poner en duda mi trabajo” zanjó Belmonte.

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