ALICANTE. El Consell contempla en los presupuestos de 2022 una partida destinada a la compra de los terrenos donde se encuentran los restos de lo que fue el campo de concentración franquista de Albatera –en término municipal de San Isidro desde su segregación. La partida asciende a 100.000 euros y corresponde a una de las propuestas admitidas tras el proceso de presupuestos participativos. De materializarse se convertiría en el segundo paso imprescindible dentro de la línea de trabajo para alcanzar el objetivo de la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática.
El año pasado se hicieron, con una subvención de la conselleria de 17.600 euros, los primeros trabajos, encabezados por el arqueólogo e historiador, Felipe Mejías, de localización de fosas comunes, restos de fusilados por el franquismo y de un barracón. Se encontraron algunos restos óseos, munición y elementos personales.
A finales de agosto retomaron los trabajos con una subvención del Ministerio de Presidencia, canalizada a través de la Federación de Municipios y dos de la conselleria. Una de ellas tenía como línea de trabajo el hallazgo de fosas comunes y la segunda la de investigar y poner en valor la memoria. Hasta el 26 de octubre se realizaron trabajos de prospección del terreno con detectores y georadar. Donde el año pasado aparecieron los primeros elementos de un barracón se ha descubierto los pilares y cimentación de éste. Un barracón de 60 metros de largo por siete de ancho. Además aparecieron dos arquetas de lo que fueron las letrinas donde los arqueólogos han encontrado una cuchilla de afeitar, un plato grande, un botón de un uniforme de Guardia de Asalto, restos de cristal y botella, y un anillo de mujer o niño.
Otro de los principales hallazgos es la munición encontrada, la inmensa mayoría de un tipo de fusil que solo usaba el ejército franquista, mucha de ella percutida, y munición de armas que se usaban en las guerras Carlistas.
Estos trabajos de investigación son el primer paso del objetivo final. Con la propuesta aprobada por el área de Participación de la conselleria se va a tramitar la compra de varias parcelas de titularidad privada. La superficie estimada es unas siete hectáreas y la partida reservada es de 100.000 euros. Una vez se consume la operación, la primera acción será cercar con una valla todo el perímetro, para que los futuros trabajos se puedan desarrollar con mayor comodidad. En noviembre del año pasado, la consellera Rosa Pérez anunció que el objetivo es crear un espacio museístico y así además incluirlo en un itinerario de la memoria. “Este campo debe ser conocido” afirmó.
En 1937 el gobierno republicano instaló ahí un campo de trabajo. A principios de abril de 1939, pocos días después que finalizara la guerra, el bando sublevado lo transformó en un campo de concentración donde eran internadas muchas de las personas que trataron de refugiarse en Alicante y no pudieron exiliarse con el barco Stanbrook. Según las estimaciones de las investigaciones pudo albergar entre 18.000 y 20.000 personas, hasta que siete meses después el gobierno franquista lo cerró. Fue considerado uno de los campos más duros.