El alcalde de Dénia, Vicent Grimalt, y la edil de Urbanismo, María Josep Ripoll.DÉNIA. El Plan General Estructural de Dénia entra en su recta final. La capital de la Marina esta cada vez más cerca de cerrar la redacción de este documento y lograr la ansiada seguridad urbanística que tranquilice a propietarios y atraiga más inversiones.
El Consell ha avalado la Declaración Ambiental Territorial y Estratégica (DATE), tras las últimas aportaciones del área de Urbanismo del consistorio, que ya adelantó Alicante Plaza. Desde Política Territorial dieron el visto bueno a una DATE en la pasada primavera, aunque con un total de 26 pegas.
Dénia las rebatió y las argumentó logrando así que la Comisión de Urbanismo de la Conselleria diera el visto bueno la DATE. “El documento llegó ayer y estamos satisfechos del trabajo realizado”, ha indicado hoy el alcalde de Dénia, Vicent Grimalt, que ha comparecido junto a la titular de Urbanismo, María Josep Ripoll.
La aprobación definitiva de la DATE abre la puerta a un nuevo capítulo para acabar el nuevo plan general. La DATE es un documento imprescindible que determina hacia dónde crecer, qué dimensiones utilizar y determina cuestiones ambientales como zonas inundables que podrían revestir problemas futuros.
Lo cierto es que en estos meses Dénia ha argumentado las pegas que puso Conselleria antes del verano. Por un lado, quizá uno de los aspectos más importantes, ha centrado sus esfuerzos en rebajar los innumerables puntos susceptibles de inundación en todo el término.
“El Consell se basa en el Patricova, pero desde Dénia hemos ido más allá y hemos aportado documentación cartográfica del ministerio, más moderna y con una tecnología más avanzada, que libera muchas zonas de posibles riesgos de inundabilidad”, ha precisado.
Además, Política Territorial da luz verde a otros cambios previstos por Denia: “Hemos reducido el planteamiento, pero hemos introducido modificaciones como en Madrigueres, con la intención de crecer hacia el camí la Bota, cerrando así el casco urbano en esa zona”.
Otra de las cuestiones que han aceptado es el crecimiento en Jesús Pobre, que el Consell indicaba que fuera por la parte opuesta al riurau: “Este recinto es el centro histórico de la población ahora y desde él tiene que crecer, no por otras zonas”. Esta petición ha sido aceptada.
En definitiva a partir de ahora el consistorio se pone a trabajar para redactar la parte final del Plan General Estructural, es decir, la norma urbanística que determinará las zonas por dónde crecer, dónde habrá más vivienda, suelo dotacional o zonas verdes.
La intención ha dicho Grimalt es que esté listo durante esta legislatura y acabar con años de polémicas en torno a este documento y los sucesivos cambios de rumbo que han conllevado algunos cambios de gobierno. El alcalde ha recordado que el plan se impulsó hace más de cinco años con la ayuda de Compromís, que estaba en el anterior ejecutivo, y que en esta legislatura han contado con esta formación en todo momento.
