ALICANTE. El Club de Campo de Alicante celebra este fin de semana el primer aniversario de su cambio de gestión. Una efeméride que no conmemora solo un simple cambio en la dirección, sino la salvación del complejo de un concurso de acreedores en el que parecía abocado a la liquidación. Doce meses después, la situación es bien distinta a la que se encontró su nuevo director, Jorge Albert, cuando tomó las riendas del complejo: el plan de negocio se está cumpliendo de forma algo más lenta de lo previsto, pero el directivo estima que el Club de Campo empezará a ser rentable dentro de medio año.
Albert, que llegó al Club de Campo desde su empresa principal, Nexus Energía, atiende a Alicante Plaza con motivo del aniversario, y se muestra satisfecho del camino recorrido hasta ahora. "El Club de Campo es una inversión interesante", defiende, "aunque venía de estar muy tocado y esa situación se alargó demasiado tiempo, los dos o tres últimos años fueron muy malos". Una tendencia negativa que explica que la empresa terminase en concurso y sus antiguos gestores valorasen la liquidación. "Pensábamos que podíamos remontarlo en un año, pero nos hacen falta seis meses más, porque el empujón fuerte lo hemos dado ya hacia el final del primer año, con el World Padel Tour, que nos ha puesto en el mapa".
Además, Albert avanza que en el plazo de un mes se van a firmar distintos acuerdos que "cambiarán mucho el club, que volverá a ser lo que era". Cuando el directivo de Nexus llegó a finales del pasado verano, al Club de Campo le quedaban 11 socios. En solo doce meses, el número se ha elevado a 428. Muchos de los que se habían ido han regresado. "Estamos muy emocionados porque volvemos a notar ese sentimiento de pertenencia, que se había perdido". Asimismo, el club da empleo a entre 20 y 25 personas, "igual que antes". Aunque los empleados no son los mismos, porque muchos de ellos siguieron a los antiguos gestores en su nueva aventura empresarial.
Albert señala que el cambio más destacado que ha experimentado el Club de Campo, además de la fuerte inversión que se hizo para remodelar parte de sus instalaciones, muy descuidadas, es la recuperación de un gran abanico de actividades para toda la familia. "Mucha gente nos identifica con un club deportivo, pero en realidad somos un club familiar donde también se hace deporte". Así, cuentan con una escuela de tenis que Albert califica como la mejor de su categoría (y que ha doblado el número de alumnos menores), las nuevas pistas de pádel y la piscina, pero también peluquería, centro de masaje, esteticista, clases de refuerzo en Inglés y Matemáticas, baile, zumba, guardería, ludoteca... y ahora quieren abrir una zona de recreativos para los jóvenes. "Puedes entrar a las 9 de la mañana y marcharte a las 10 de la noche, y te habrás pasado el día entero haciendo actividades", subraya.
El acuerdo al que los nuevos gestores llegaron con los administradores concursales fue el de un contrato de explotación a 35 años (la propiedad sigue en manos de los dueños originales), que además sirvió para refinanciar la deuda que arrastraba el complejo, calculada en unos 500.000 euros. Transcurrido el primer año, Albert se muestra encantado con el cambio que ha experimentado el club. "En su momento el Club de Campo fue una inspiración para el Montemar. Ahora es al revés, pero nos estamos acercando".