ALICANTE. La ciudad de Alicante continúa haciendo el ridículo por culpa del estado tercermundista de las instalaciones deportivas municipales.
Vaya por delante que la responsabilidad de que la capital de la quinta provincia de España sea también un agujero negro en esta materia no es solo del actual gobierno municipal del Ayuntamiento de Alicante, estamos ante una culpa compartida con los anteriores (siempre más preocupados por otros temas, como diferentes sumarios judiciales han puesto de manifiesto) e incluso la Generalitat. De hecho, la actual corporación ha licitado ya alguna actuación pendiente desde hace tiempo como la reforma del Pitiu Rochel (50 primaveras lo contemplan), pero la ciudad de Alicante necesita mucho más (bastante más que poner fin a la situación ruinosa del estadio Rico Pérez, que también).
El caso es que la semana en la que el Club Independiente Alicante ha tenido que hacer las maletas e irse a Alcoy para poder jugar la Copa del Rey contra el Real Betis (un hecho bochornoso televisado para todo el país) porque el césped del campo Antonio Solana estaba en un estado lamentable (no obstante su resiembra y haber pasado casi dos meses sin usarlo), el equipo de Liga EBA de la Sociedad Cultural Deportiva Carolinas se ve obligado a exiliarse a Elche (al Pabellón Esperanza Lag) para jugar contra el UCAM Murcia el encuentro de la jornada 10 por culpa de un agujero en el deteriorado parqué del Pabellón Vicente Crespo.
A lo anterior hay que sumarle que el Alicante ya estuvo a punto de tener que disputar la ronda previa de la Copa en Novelda, porque el Ayuntamiento de Alicante (su concejalía de Deportes) no era capaz de poner a su disposición una instalación que reuniera las condiciones mínimas que exige la Real Federación Española de Fútbol y que el Intercity, colíder del grupo 5 de Segunda RFEF (es el conjunto de fútbol mejor clasificado de aquellos que tienen su domicilio en la ciudad), ha pasado dos meses jugando sus partidos como local en Santa Pola por culpa de la citada resiembra del Antonio Solana (actuación que es responsabilidad de una contrata dependiente de la concejalía de Infraestructuras y Mantenimiento).
El estado comatoso de las instalaciones deportivas de Alicante ha quedado también en evidencia esta semana con la avería de la caldera del vestuario del Polideportivo Juan Antonio Samaranch, una incidencia que impide ducharse con agua caliente y que no tiene solución a corto plazo porque, al parecer, "no hay presupuesto". Esa es la explicación que le dieron al Intercity y gracias al que se ha tenido difusión un problema que sufren el resto de usuarios de la instalación (empezando por los niños que entrenan y juegan en ella): al medirse este domingo a domicilio con el Pulpileño, conjunto que disputa sus partidos como local sobre superficie sintética, concretamente la del estadio San Miguel, el equipo de Gustavo Siviero trasladó sus entrenamientos al Samaranch, donde el terreno de juego del campo de fútbol 11 es de una hierba artificial muy similar a la de la citada instalación pulpileña. La sorpresa llegó el primer día, cuando los hombres de negro fueron informados de la incidencia con la caldera.
Por cierto, el Intercity tiene previsto entrenar este sábado en el Poliesportiu Municipal de Sant Joan, pero allí tampoco podrá ducharse con agua caliente... aunque en este caso no es precisamente por falta de mantenimiento: el consistorio de la localidad de l'Alacantí avisaba al club de los hombres de negro (y al resto de los que van a hacer uso de la citada instalación) de que por tareas de mantenimiento la caldera no se podrá encender hasta el jueves de la semana que viene.