Hoy escribo estas líneas con una gran pena, pero al mismo tiempo con gran ilusión. Ilusión porque este domingo afrontamos unas elecciones cruciales para el futuro de Alicante y de la Comunitat Valenciana que pueden poner punto final a 8 años de un Botànic insufrible. Este 28 de mayo marcará un antes y un después en el rumbo de esta tierra.
En 2019 un partido se presentó a las elecciones autonómicas y municipales con un objetivo claro, mostrar a los ciudadanos que había otra forma de gobernar. Una forma donde las políticas de centro y liberales fueran el eje de los acuerdos en todos los territorios, una forma de gobernar cercana a los ciudadanos y una forma que dejaba claro que los partidos populistas y los que pactan con etarras, nacionalistas e independentistas no son buenos para la Comunitat Valenciana.
Ese partido lamentablemente ya no existe, Ciudadanos ha decepcionado a muchos con su falta de coherencia y deriva ideológica, perdiendo la confianza y el apoyo de aquellos votantes que alguna vez vimos en ellos una alternativa real de cambio.
Aquel Ciudadanos jamás hubiese votado a favor de la “Ley del solo sí es sí” rebajando las penas vergonzosamente a más de 800 delincuentes sexuales y dejando en libertad a nada más y nada menos que violadores y pederastas. Aquel Ciudadanos nunca hubiese pactado con Pedro Sánchez ni con Pablo Iglesias, puesto que son la antítesis del liberalismo que tanto promulgaba el partido.
Ciudadanos nació precisamente para hacer frente a personas como Sánchez, Puig, Baldoví, Oltra y Otegui, y no para ir de la mano con ellos.
Tenemos un Gobierno de España secuestrado por unos señores oscuros a los que les importa un bledo los intereses de España. Tenemos un “Poc Honorable President” de la Generalitat que permite que Alicante sea la última provincia en los presupuestos, que permite que tengamos el único aeropuerto de Europa en su categoría (recibe 11 millones de pasajeros) que no tiene una conexión ferroviaria con su ciudad, que permite que nos quiten el agua, que permite que ataquen nuestra cultura e identidad llamándonos Països Catalans, que permite que se cobre el impuesto a la muerte, que es el impuesto sobre sucesiones y donaciones, que no solo no elimina o baja el resto de impuestos para facilitar la vida a las familias, negocios y trabajadores (que son precisamente los que peor lo están pasando por culpa de sus políticas) sino que crea nuevos y perjudiciales como la tasa turística, que permite que tengamos las listas de espera en sanidad más largas de España, que le permite a su hermano barra libre de contratos a dedo sin ningún pudor, que permite que sus socios nacionalistas marquen el futuro de nuestra tierra.
Tenemos dos opciones, podemos continuar otros cuatro años así o podemos (y debemos) ilusionarnos con Carlos Mazón. El actual presidente de la Diputación de Alicante es la única alternativa real que representa esos valores liberales que tanto necesitamos. Mazón es el único candidato que apuesta por la coherencia, por medidas sensatas y por el sentido común, es por ello por lo que se ha convertido en una realidad de cambio confiable. Sus cuatro años al frente de la administración provincial garantizan que es capaz de hacer frente a los desafíos del presente y que es capaz de liderarnos hacia un futuro prometedor para recordar a toda España que la Comunitat Valenciana es la “Millor Terreta del Mon”
Tengo la certeza de que Carlos Mazón será el voto (la papeleta) de todos aquellos antiguos votantes de Ciudadanos que como yo nos hemos sentido traicionados por el nuevo rumbo de lo que queda del partido naranja. He llegado a la conclusión de que para evitar otros cuatro años de socialismo y nacionalismo al frente de la Generaliat no se puede votar a otro partido que no sea el Partido Popular.
Es por eso por lo que te pido que votes con cabeza y votes por “El Cambio que Mereces”.
Miguel Ángel Sánchez, ex coordinador de Ciudadanos Alicante