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De la euforia a la incertidumbre en un mes

11/04/2020 - 

BENIDORM (EFE). El Balonmano Benidorm ha pasado en apenas un mes de alcanzar su cima histórica tras lograr disputar la final de la Copa del Rey ante el FC Barcelona y asegurar su presencia la próxima temporada en competiciones europeas a la incertidumbre por su futuro tras la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus.

El 8 de marzo, el Benidorm tocaba el cielo en Madrid a pesar de caer en la final copera, ya que se le abrían las puertas de Europa la próxima temporada, siempre y cuando el Barcelona también conquiste la liga Asobal, de la que es líder destacado.

El club benidormense comenzó a trabajar desde el primer momento en el futuro, a pesar de que poco después del éxito en Madrid conoció que uno de sus jugadores más importantes, el argentino Pablo Simonet, no iba a continuar en el próximo proyecto tras comprometerse con el Cuenca, del que fue verdugo en la Copa.

El Benidorm, sin embargo, se vio golpeado por los efectos colaterales del coronavirus desde el primer momento, ya que ni siquiera pudo asistir a la recepción oficial el que el Ayuntamiento le quiso dedicar tras su éxito copero.

El acto fue aplazado en dos ocasiones ante el inicio de las medidas de prevención que comenzaron a ponerse en práctica para combatir la pandemia.

El Balonmano Benidorm tampoco tuvo ya la ocasión de volver a competir, ya que el fin de semana siguiente se decretó el estado de alarma, por lo que ni siquiera pudo reencontrarse con sus aficionados.

El presidente, Javier Abínzano, ante el panorama incierto que se avecinaba apostó por presentar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) como la solución “menos mala” para club y jugadores, a pesar de barajar hasta el final otras opciones.

La entidad fue consciente desde el primer momento que el salto a Europa obligaba a potenciar deportivamente la plantilla y, sobre todo, sus cimientos como entidad, pero la crisis paralizó incorporaciones de jugadores y también futuras inversiones ante la incertidumbre económica.

El club confiaba en que su clasificación europea le abriera la puerta de nuevos patrocinios, tanto públicos como privados, vinculados a la explotación de la marca turística de Benidorm, ahora visible en todo el continente, pero la crisis económica ha provocado que este escenario de diluya por el momento.

Instituciones y empresas ahora tienen que abordar a corto y medio plazo otros frentes mucho más prioritarios para la sociedad. “El balonmano ahora es secundario, solo importa la salud”, afirma Abínzano, consciente de que en las actuales circunstancias solo queda esperar.

“El éxito de esta temporada no lo hemos podido celebrar, pero lo disfrutaremos en la próxima, en Europa”, resume de forma más optimista Leo Tercariol, el portero internacional brasileño, y uno de los pilares del futuro proyecto. 

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