BENIDORM (EFE). El Balonmano Benidorm regresa este miércoles a la competición tras mes y medio de parón con el partido de ida de una exigente eliminatoria de la Copa del Rey ante el Bidasoa de Irún (20:15, Artaleku), en la que tiene el reto de encarrilar su clasificación para la fase final del torneo.
Los duelos coperos entre ambos equipos ya se han convertido en todo un clásico, ya que esta será la cuarta ocasión en cinco años en la que ambos conjuntos se enfrenten.
En las dos últimas temporadas se vieron las caras en el cruce de cuartos de final, a partido único, con un triunfo para cada uno, mientras que en el único precedente a ida y vuelta la victoria fue para el conjunto vasco tras remontar en su pista siete goles de desventaja.
El entrenador del Benidorm, Fernando Latorre, cuenta para este partido con la baja de José María Carrillo, pero incorpora al grupo a los argentinos Pablo Vainstein y James Parker, recién llegados tras disputar con Argentina un torneo de clasificación para el Mundial.
El parón navideño interrumpió una excelente racha del Benidorm, que acumuló cinco victorias consecutivas en Liga, una de ellas ante Bidasoa, más otra en Copa.
Por este motivo, el entrenador concede el favoritismo al Bidasoa, si bien no renuncia a que su equipo “plante cara”.
“Tenemos muchas ganas de volver a competir en un torneo que nos hace mucha ilusión. A ver si somos capaces de ponerle las cosas difíciles a Bidasoa y, por qué no, pasar la eliminatoria”, indicó el preparador alicantino.
“Hay que pensar siempre en lo máximo. Veo al equipo en forma y podemos intentarlo”, añadió Latorre.
El partido será especial para el pivote Iker Serrano, e jugador del Bidasoa, que por primera vez regresa al que fue su pabellón durante las últimas temporadas.
“Es un rival durísimo, el peor que podía tocar. Y más a doble partido. Juegan de memoria y su defensa es durísima. Nos va a costar muchísimo, sobre todo allí”, advirtió el pivote, quien militó en las últimas cinco temporadas en el equipo irundarra.
