ALICANTE. El Banco Sabadell seguirá durante el próximo año con el proceso de reducción gradual de la red de oficinas que ya ha venido desarrollando en los últimos ejercicios. Según el presupuesto que maneja la entidad, se producirán en torno a 200 cierres durante 2020, según ha avanzado el consejero delegado del banco, Jaime Guardiola, durante la presentación de resultados del tercer trimestre que se ha celebrado en Madrid.
Guardiola ha explicado este proceso como algo consustancial a los cambios de hábitos en la relación entre los clientes y el banco, mucho más digital (especialmente en lo que se refiere a las transacciones). "Habrá una salida natural de la gente", ha explicado Guardiola, "al igual que intentamos convertir en interno el trabajo que se hacía outsourcing cuando hay ocasión". El directivo del Sabadell ha considerado que las oficinas bancarias deben ser en el futuro espacios de asesoramiento y acompañamiento a los clientes, más que centro de transacciones (ya que el canal digital "reduce los costes para el cliente y para la entidad"), y no ha descartado que por esos servicios que "ofrecen valor" se cobre en función de la relación con el cliente. "Dar el mejor servicio tiene que tener un coste", ha defendido.
Por otra parte, si bien el banco tiene previsto seguir reduciendo su red de oficinas a medida que van dejando de tener sentido, Guardiola ha avanzado que la entidad va a apostar por un modelo de oficina 'premium' similar al que están implantando otros competidores, aunque "nosotros queremos que esas oficinas se sigan pareciendo a lo que es una oficina bancaria". La primera de estas oficinas está prevista en el edificio del banco en la calle Serrano de Madrid donde tiene su sede corporativa en la capital. También ha confirmado que el modelo del 'hub' de empresas de València, más enfocado al servicio a empresas (para celebrar reuniones, encuentros o jornadas formativas) se extendrá a otras zonas. En su día, se insinuó la posibilidad de abrir uno en Alicante, tras Madrid y Barcelona.
El Banco Sabadell ha mejorado sensiblemente el resultado al cierre del tercer trimestre, comparado con el mismo periodo del año pasado (783 millones de euros, un 216% más), al haber superado la crisis de la migración del banco británico TSB y descontar el impacto de la venta de carteras institucionales con activos tóxicos, que marcaron las cifras de 2018.