BENIDORM. El Ayuntamiento de Benidorm ha calculado en unos 400.000 euros el coste de todas las gestiones a las que se ha visto obligado el municipio desde que el hotel Selomar se quemó, es decir, desde octubre de 2015. Hace un mes que el Consistorio firmó un decreto para que los propietarios tomaran medidas de seguridad en el edificio. Daban 24 horas, que todavía no han comenzado a contar. ¿Por qué? Porque hay nueve titulares y sólo han podido notificárselo hasta ahora a seis de ellos.
Además de pedir que tomaran medidas de seguridad, estaban reclamando las tasas por todas las gestiones administrativas que han realizado hasta ahora, y que ascienden a 400.000 euros, según aseguró este martes la edil de Urbanismo, Lourdes Caselles.
Es más, se enfrentan a multas coercitivas en caso de que no resuelvan los diferentes requerimientos que piden por parte del Ayuntamiento. Esto es, reforzar la estructura del establecimiento, que se quedó dañada después del incendio, aunque siempre han asegurado que no corre peligro de derrumbe.
Asimismo, como ya pidiera en varias ocasiones el grupo de la oposición Ciudadanos, les instan a cubrir la fachada con una lona. Cabe señalar que el edificio abandonado desde hace años está en primera línea de la playa de Levante, la más transcurrida de Benidorm por los turistas. Por lo que lo que preocupa la imagen que se puedan estar llevando los visitante de tal mamotreto, perteneciente a la influyente familia Barceló.
Este decreto, firmado por alcaldía, viene después de una primera petición a los dueños, cuya respuesta entendieron que no había sido suficiente.
El último en sacar el tema fue el propio PSOE, cuando el en pleno celebrado este lunes, en el apartado de Ruegos y Preguntas, su portavoz Rubén Martínez pidió que les dijeran qué se está haciendo al respecto. Por ello, acusados por la oposición de no hacer nada en este tema, la edil de Urbanismo defendió a este diario que está a la espera de que se les pueda notificar a todos los dueños. En caso de que sigan sin acatar lo que les dicen desde el Consistorio, Caselles indicó a Alicante Plaza que acometerán las obras necesarias para asegurar la seguridad y el ornato, con cargo a los propietarios.
Mejor ubicación no puede tener. Pero ni por esas encuentran un inversor que se quiera hacer cargo de este establecimiento, que tiene una de las playas más concurridas del país y de Europa. Novias ha tenido muchas, algunas de ellas de fuera de España, pero ninguna ha terminado cuajando. El lío de propietarios que hay detrás de él no beneficia en absoluto para que se culmine esta adquisición.
Por ello, a pesar de lo que pueda parecer, el hotel lleva cerrado a cal y canto una década. Su fachada cubierta con una lona verde se había convertido, para desgracia del paisaje, en un elemento más del skyline de Levante.
Su abandono fue tal, que cuando se quemó, el incendio perduró durante más tiempo porque en el interior estaba todo el mobiliario: mesas, sillas, camas, cortinas, etc. Todo ello fue pasto de las llamas, por, según se dijo desde un principio, un descuido de unos okupas que estaban dentro en ese momento. Ahora, después de más de un año, permanece la mitad de la lona verde, y la otra mitad tiene el esqueleto del edificio quemado a la vista de cualquiera.