ORIHUELA. La deuda del Ayuntamiento de Orihuela con Cámara Orihuela, que lleva arrastrando desde 2010, y que llevó a la institución casi a la quiebra en 2016, podría ser zanjada en unos días tras la aprobación del pago de 190.000 euros anunciado tras la Junta de Gobierno Local. De este modo, aseguró el portavoz del Equipo de gobierno local, Rafael Almagro, la transacción podrá poner fin al contencioso abierto por la institución cameral y a los diversos incumplimientos municipales iniciados en legislaturas pasadas.
Según fuentes del Gobierno local, el pago podría hacerse efectivo en unos días, después de que pase por el visto bueno de Intervención y también de Tesorería.
Cámara Orihuela y el Ayuntamiento oriolano llegaron a un acuerdo en julio por el que, a través de los servicios jurídicos del Consell y del Ayuntamiento, acordaron diversas medida para sacar adelante el pago de la deuda. Una de ellas, según aportaron fuentes municipales, fue la de acordar el pago de 190.000 euros para acabar con el adeudo, en vez de los 297.000 euros que la Cámara demandaba.
En octubre de 2016, la Consellería de Economía nombró a una gestora para garantizar la continuidad de Cámara Orihuela tras la renuncia en bloque de su cúpula. Una de las razones de peso que forzó el abandono de los responsables de la cámara oriolana son los problemas económicos que atravesaba. A la desaparición del recurso cameral permanente en 2010 -la cuota que las empresas pagaban obligatoriamente a las cámaras y que constituía su principal fuente de ingresos- se unía una deuda de 400.000 euros del Ayuntamiento de Orihuela por servicios prestados pero no cobrados.
La cámara reclamaba de varios convenios, como por ejemplo el de la gestión de los mercados de Orihuela o uno firmado la exalcaldesa Mónica Lorente para ceder un espacio en la costa.
Desde que en 2016, Mario Martínez tomara las riendas de la institucióncameral, que apenas tenía actividad, volvió a ponerse en el panorama autonómico, a nivel institucional, con acuerdos y reuniones entre las administraciones de la Comunidad Valenciana y entre otras Cámaras, como la de Alicante. También han mostrado su presencia en universidades de la provincia y vuelven a convertirse en una herramienta para las empresas del área, con propuestas para el municipio oriolano. A través del vivero de empresas, se celebran cursos o talleres y han defendido un decálogo de grandes infraestructras que realizar en la comarca, con reuniones con el Consell y todos los grupos políticos. La Zona de Actividades Logísticas para la Vega Baja es uno de los proyectos demandados.