ALICANTE. En torno al 20- 25% de los cánceres presentan anomalías genéticas (alteraciones en el ADN de las células tumorales) que pueden ser descifradas gracias al estudio del genoma. El análisis del transcriptoma (ARN), que se lleva realizando en el Hospital Quironsalud Torrevieja desde hace más de 10 años, complementa el estudio del genoma, ofreciendo alternativas terapéuticas hasta en el 70% de los tumores restantes, tal y como señala el doctor Manuel Sureda, especialista en oncología del hospital Quirónsalud Torrevieja.
El ADN envía sus mensajes a la célula a través del ARN, en un proceso llamado transcripción. El conjunto del ARN de la célula tumoral o transcriptoma refleja las instrucciones que el ADN transmite a la célula para permitir su funcionamiento autónomo, independiente de los mecanismos de regulación del organismo, lo que constituye una característica fundamental de los tumores malignos. “Se podría decir que el genoma es el libro de instrucciones de un ser vivo, mientras que el transcriptoma sería el manual imprescindible para entender y llevar a cabo esas instrucciones”, afirma el especialista de la Plataforma de Oncología de Quirónsalud Torrevieja.
El estudio del transcriptoma facilita información personalizada sobre aspectos relevantes para el tratamiento de los tumores como por ejemplo resistencia o sensibilidad a quimioterápicos u otro tipo de fármacos antitumorales.
En Quirónsalud Torrevieja se estudia desde hace más de 10 años el transcriptoma de los tumores de forma habitual, diseñándose estrategias terapéuticas específicas con diferentes grados de beneficio clínico para el paciente hasta en el 70% de los casos estudiados. Dichos resultados ya han sido publicados en el American Journal of Clinical Oncology y en Clinical and Translational Oncology
Gracias al transcriptoma los especialistas de Quirónsalud Torrevieja son capaces de estudiar, en tiempo real, las características moleculares de mayor relevancia para el tumor en cada momento de su evolución, cuáles son sus fortalezas y sus debilidades, y administrar así al paciente un tratamiento personalizado, adecuado a las características de su propio tumor. “Por ejemplo”, explica el doctor Manuel Sureda, “permite evaluar si fármacos sobre los que se duda de su actividad en ese tumor continúan siendo activos; si ya expresa vías de resistencia para fármacos frecuentemente administrados en ese tipo de tumor; sugiere el empleo de fármacos no habituales para los que las células tumorales expresan claros signos de sensibilidad, etc. En definitiva, aporta información muy completa sobre las características del tumor y, “en Oncología, la información sobre el tumor es poder antitumoral”.
Una de las principales ventajas del transcriptoma es la obtención de información en tiempo real ya que los tumores cambian frecuentemente de características para “sobrevivir” en el ambiente hostil que les suponen las defensas del organismo y los tratamientos administrados. “Por ello repetir el transcriptoma tras la progresión tumoral se ha revelado como una herramienta de primer orden para poder ofrecer una terapia personalizada con mayores probabilidades de eficacia”, declara el doctor Sureda. La información generada por el transcriptoma puede ser de gran utilidad en cualquier tipo de tumores, “aunque quizá sea más relevante en tumores localmente avanzados o metastásicos, debido a la complejidad genética que estos tumores alcanzan en su evolución” añade el doctor Sureda.