Ya ha transcurrido más de un mes desde que se aprobase la moción en el pleno para la creación de la comisión de investigación del caso Comercio, que cada vez más se transforma en el caso Echávarri, por mucho que pretenda parapetarse en otras personas. Desde que se aprobó la comisión de investigación para esclarecer lo ocurrido, lo único que ha hecho el alcalde es poner piedras en el camino para que no se celebre.
Y es que el alcalde va a pasar a la historia por sus cambios de opinión constantes, porque más que el alcalde del cambio, es el alcalde del cambio de opinión, como se ha comprobado con numerosas cuestiones como por ejemplo sus proyectos para La Explanada (primero un túnel, luego un puente), con la ZAGT, con la Mancomunidad de L’Alacantí (nos salimos, nos salimos a medias, nos quedamos), con el cese de funcionarios interinos (donde dije digo, digo diego) o su zig zag interno de apoyar a Pedro, luego a Susana, luego otra vez a Pedro, y mañana ya veremos.
Y estos cambios de opinión han llegado también a la propia comisión de investigación, intentando alterar por su cuenta y riesgo los criterios que se aprobaron en la moción por unanimidad de todos los grupos políticos, incumpliendo lo acordado en el pleno y por tanto torpedeando que se esclarezca todo lo ocurrido. El mayor impedimento a la transparencia es su intento de impedir que acceda la prensa a la comisión (es decir, que las sesiones tengan carácter público) al contrario por ejemplo de lo que ocurre en las Cortes Valencianas, en el Congreso, y en todos los ayuntamientos de España, donde sí tienen acceso a las comisiones.
Contradicen su propio discurso, ya que el tripartito y cada uno de sus integrantes, abanderaban un programa de tolerancia 0 con la corrupción y a favor de la transparencia tras lo acontecido en la época Castedo. Pues bien: a la prensa se les avisó un minuto antes, “vía wasap”, de que podían acceder ya que los periodistas albergaban serias dudas al respecto tras las advertencias públicos del derecho a la intimidad, al honor….El caso es amedrentar, técnica que al señor alcalde se le da a la perfección. Como si lo que se fuera abordar en la comisión fueran secretos de estado, como dijo hace una semana nuestra portavoz Yaneth Giraldo. ¡No son secretos¡ ¡Son contratos administrativos adjudicados a dedo y, presuntamente, en fraude de ley¡
Pero es que la cosa no se queda aquí, el alcalde no solo no se conforma con impedir o torpedear la comisión de investigación, sino que está dispuesto a lo que sea, asumiendo el rol de cazador desplazando a quien se ponga por delante, o regateando y haciendo maniobras de distracción bajo un comportamiento caprichoso, antidemocrático y arbitrario. Desplazando al técnico que denunció las posibles irregularidades: una maniobra para amedrentar a los funcionarios que no muestran fidelidad absoluta a los intereses particulares del PSPV y que en este caso huele a una 'vendetta.
O parapetándose en Pedro De Gea, a modo de escudo. O escondiéndose dando la concejalía a Gloria Vara.
Hace unos meses, el alcalde de Alicante sorprendió a todos, saliendo a la palestra a defender y hacer un acercamiento a Sonia Castedo, tras haberla criticado duramente y haber guardado distancias por todos los casos ocurridos… Nadie entendió ese acercamiento, pero según pasa el tiempo, se va comprendiendo cada vez más, y es que el alcalde con el tiempo se está castedizando, tanto en sus políticas (que solo abra el Corte Inglés en domingos y festivos, tras prometer que cerraría) como en formas de actuar, que es lo que se está viendo en el “caso comercio”. Y solo hay que ver a Echávarri de hace dos años en las redes con el de ahora, para ver que sus métodos e incluso su forma de pensar y actuar han cambiado. Y que este alcalde otra cosa no, pero cambiante es.
Esperemos que se resuelva cuanto antes el recurso de reposición que ha planteado Cs y se convoque más pronto que tarde la comisión de investigación conforme al texto que se aprobó en pleno para poder esclarecer lo ocurrido. los ciudadanos merecen saber lo ocurrido y el alcalde no debería poner piedras en el camino, porque el mero hecho de impedir la investigación podría denotar responsabilidades políticas de cara a la opinión pública. Aunque desde Cs no nos hacemos ilusión alguna: seguro que Echávarri, y los suyos, están cocinando un truco, no en vano es su máxima especialidad.