Ecodiseño vs 'greenwashing'

¿Quién no oye a diario palabras como 'eco', 'sostenible' o 'bio'? Las oímos en la tele, las vemos en el supermercado, incluso las utilizamos en las conversaciones de nuestro día a día. Sin embargo, la gran mayoría de veces se usan en exceso y sin fundamento, sin ni siquiera saber en qué consisten. Y es que el greenwashing o marketing verde, está a la orden del día. Por eso es importante que, desde los centros tecnológicos, además de investigar, eduquemos, concienciemos y formemos a la sociedad y las industrias en sostenibilidad. Un mal uso de estas palabras podría conllevar la pérdida de valor de estos conceptos y, en consecuencia, devaluar el esfuerzo de las empresas que sí los aplican de forma correcta.

Por aterrizar en un caso concreto, como es el del ecodiseño de calzado, desde Inescop lo tenemos claro: ecodiseño sí, pero no de cualquier manera. Para hacerlo bien hay que aplicar el concepto: "desde la cuna a la tumba", es decir, comenzando con la extracción de las materias primas hasta el final de vida del calzado que, tristemente, hoy en día sigue siendo el vertedero.

Por tanto, en el ecodiseño no basta con emplear procesos y materiales sostenibles. Para poder decir que un zapato cumple con los principios de la sostenibilidad y que ha sido ecodiseñado, no solo hay que respetar requisitos ambientales, también físicos, químicos y económicos, porque tan importante es que un zapato sea sostenible, como duradero y confortable.

Si la ecuación para obtener un calzado de calidad ya era bastante compleja, ¡cómo para añadir un factor más!: el ambiental; eso sí, los números salen y son positivos para las empresas y para los consumidores. Muestra de ello es que la venta de calzado de bajo impacto ambiental está en auge, siendo un factor decisivo en las compras de los consumidores, lo que lleva a cada vez más marcas a apostar por este tipo de fabricación.

Pero las dudas son infinitas a la hora de ecodiseñar: ¿materiales reciclados o reciclables?, ¿orgánicos o biobasados?, ¿de cuero o vegano?, ¿utilizamos adhesivos o mejor elegimos un cosido de la suela con el corte? No hay una única respuesta correcta, ya que en el proceso de ecodiseño es necesario ir un paso más allá y considerar cómo interactúa esta selección de materias primas entre sí y con el desempeño del producto en el resto de las etapas del ciclo de vida. Además, se tienen que analizar muchos más factores como la procedencia, los residuos que generan en su fabricación, si son compatibles, el tipo de adhesivo que necesitan, si son cómodos, si superan los test de durabilidad o si esa combinación de materiales facilita su reciclaje.

Para ello en Inescop trabajamos con softwares especiales de análisis de ciclo de vida que nos permiten examinar todas las variables conforme a normas internacionales y nos dan resultados objetivos. De esta manera podemos saber, por ejemplo, si es mejor el algodón reciclado que el orgánico, sin dejar de lado dónde se produce el orgánico y dónde se valoriza el reciclado.

En términos generales, podríamos decir que la clave está en fabricar un calzado con menor número de componentes y materiales, con diseños más ligeros y minimalistas. Muchas veces parece que estos principios vayan en contra del diseño estético y de la moda, sin embargo, ahí surge el mayor potencial de innovación de ecodiseñar calzado.

Muchos pensamos en el zapato como un producto cotidiano, pero pocos somos conscientes de la ciencia e innovación que hay detrás de un calzado. Pero la realidad es que hay mucho desarrollo e investigación en materiales, confort, salud, procesos, y por supuesto, en sostenibilidad. Porque, aunque la industria de calzado lleve años siendo sostenible, sin saberlo (se lleva reciclando y valorizando residuos toda la vida), en la actualidad se han modificado procesos, maquinaria y formulaciones químicas que favorecen la economía circular. Todo ello coincide con que ahora, por fin, la sociedad reconoce la importancia de crear y consumir productos sostenibles. Así que, es el momento de ponerlo en valor.

Pero ojo, que ya lo decíamos al principio del artículo: no todo vale. Estamos viviendo un boom de nuevos materiales, muchos de ellos catalogados como "sostenibles". Pero no hay que dar nada por hecho. Hay que testarlos y validarlos, ya que un nuevo material que acorta la vida del zapato no es sostenible por mucha fibra reciclada que contenga.

Por tanto, si estás pensando en hacer un calzado sostenible, qué mejor que hacerlo de la mano del Silicon Valley del calzado. En Inescop podemos ofrecerte soluciones sostenibles integrales: desde materias primas más sostenibles, adhesivos biobasados y desmontables, procesos con bajo impacto ambiental, durabilidad y confort del calzado y de los componentes, así como reciclaje físico y químico del calzado.

Recuerda, sostenible sí, pero no a cualquier precio.

Borja Mateu. Investigador de Sostenibilidad de Inescop.