SAN VICENTE DEL RASPEIG. Transformar 2 millones de botellas de plástico cada año en paneles de aislamiento acústico para hoteles, gimnasios, oficinas, restaurantes o colegios. Es de lo que es capaz la empresa Ecocero, desde San Vicente del Raspeig, que fabrica esos amortiguadores de ruido decorativos adaptados a diferentes industrias o sectores. La empresa innovadora, además, busca desarrollar proyectos de i+d con la Universidad de Alicante (UA) para dotar a sus productos de otras aplicaciones.
Esta firma nació en 2017 "con un compromiso social y ambiental" y fabrican sus paneles acústicos teniendo en cuenta la calidad y el diseño en su proceso. La materia prima que usan es el plástico reciclado. En concreto, precisan de unas 75 botellas por metro cuadrado de panel. La compañía recibe cada vez más demanda de producto y han notado una concienciación medioambiental creciente por parte de sus clientes. Además, realizan proyectos en otros países, en colaboración con Cruz Roja, donde consiguen concienciar de los peligros de la contaminación por plástico y también han generado empleo.
La firma ofrece, tanto catálogos con material en stock, como pedidos a medida. Y es que, los paneles son, tal y como aseguran desde la empresa "muy versátiles y pueden ser fabricados con la forma, dimensiones, colores y acabados que requiera cada proyecto". Disponen de más de 4.000 metros cuadrados de nave donde fabrican, en San Vicente del Raspeig, y donde almacenan stock. También cuentan con más de una decena de máquinas de control numérico y de corte horizontal, vertical y formas. Además, la instalación no requiere obra y se pueden instalar pegados directamente a techo o paredes.
Para sus instalaciones usan varios tipos de aislamientos -además de la gama de plástico reciclada-. Uno de ellos es de espuma acústica de celda abierta especialmente diseñada para la instalación en techos y reducen el tiempo de reverberación de una estancia. También producen una cabina acústica especialmente diseñada para entornos de trabajo tipo open space y coworking. Se trata de un espacio ventilado, iluminado y confortable acústicamente para tener conversaciones telefónicas y aportando intimidad a las conversaciones y evitando distracciones.
A partir de enero, los clubes de San Vicente podrán empezar a utilizar las instalaciones para sus entrenamientos.