DOLORES. La nueva planta de transferencia de Dolores ha comenzado a funcionar hoy acogiendo, por el momento, los residuos del propio municipio y de Orihuela, con el fin de poner a prueba la infraestructura para que, de forma paulatina, acoja los residuos del resto de la comarca de la Vega Baja. Así lo ha explicado el presidente del Consorcio de Residuos de la Vega Baja, Joaquín Hernández, quien a su vez es el alcalde de Dolores. Pese a que no ha dado fecha para que se vayan incorporando el resto de los 27 municipios de la Vega Baja, sí ha señalado, como ya adelantó este medio, que se dará prioridad a aquellas poblaciones que actualmente están trasladando sus residuos a Xixona, al estar a mayor distancia. Los primeros en hacer uso de las instalaciones, en las próximas semanas, serán por tanto los ayuntamientos de Almoradí, San Fulgencio, Rojales, Granja de Rocamora, Cox, Rafal, Algorfa, Catral, Albatera, San Isidro, Jacarilla, Guardamar del Segura y Torrevieja, que se sumarán a Dolores y Orihuela.
La UTE Vega Baja, adjudicataria de un contrato que ha sido validado además en sede judicial, ha sido la encargada de ponerla en marcha con el apoyo de Vaersa, la empresa de la Generalitat, que por el momento prestará ayuda en el pesaje de los camiones que entran a la planta de transferencia. De hecho, un técnico de la empresa pública ha sido el encargado de realizar esta mañana una visita guiada por las instalaciones a los alcaldes y concejales de varios municipios de la Vega Baja que se han acercado para apoyar la apertura de esta planta y al nuevo presidente del Consorcio. A partir de ahora, los camiones de recogida de basuras llegarán a la planta, donde serán pesados nada más acceder para, después, desplazarse a la nave en la que descargarán todo su contenido en unos tráilers de gran capacidad que podrán albergar en su interior el contenido de un gran número de estos camiones. Después, volverán a la báscula para, mediante la diferencia de peso, determinar la basura descargada, y cuando esos tráilers estén llenos, serán ellos los que se desplacen a las plantas de tratamiento correspondientes.
De este forma se evita el desplazamiento de un gran número de camiones de recogida hasta las plantas de transferencia, ahorrando costes de combustible y reduciendo la huella de carbono. Durante la inauguración oficial, ha llegado uno de los camiones de basura para descargar y hacer las primeras pruebas, que han evidenciado problemas en el sistema de descarga, al verterse parte del contenido fuera, que ser irán solventado a medida que se vaya probando todo el engranaje.
Para evitar olores, la nave en la que se produce la descarga de residuos cuenta con puertas de apertura automáticas, que se cierran en cuanto el camión entra en su interior. Así, los gases que se generan son extraído con un sistema de extracción hasta una pisicina con restos de pino, que se regarán por aspersión, y que hacen de biofiltro.
En el aire quedan algunas cuestiones que el presidente del Consorcio, Joaquín Hernández, no ha disipado, como cuándo estará funcionando la planta a pleno rendimiento, cuándo se establecerá la tasa consorciada para que todos los municipios paguen lo mismo por la gestión de los residuos. Tampoco ha señalado cuándo, como advierte el Consell en la resolución que obliga a abrir la planta, comenzarán a trasladar residuos más allá de Xixona, a la provincia de Valencia, al no tener capacidad esta instalación para acoger el incremento de basuras generado en la época estival en la comarca, ni cuándo sobrecoste supondrá.
Estas cuestiones son las que, a priori, tendrá que resolver Hernández a corto plazo después de arrebatar la presidencia del Consorcio a la popular Teresa Belmonte hace tan solo dos semanas. Hernández ha adelantado que se irán conociendo detalles en las próximas semanas, sin dar plazos concretos para ninguna de estas medidas.