Enrique Ortiz, con su socio Juan Carlos Ramírez, en el palco del Rico Pérez. Foto: PEPE OLIVARESALICANTE. El controvertido empresario alicantino Enrique Ortiz tendrá competencia para hacerse con la millonaria contrata de limpieza de las dependencias de la Diputación de Alicante y de sus organismos dependientes, que por el momento presta a través de sus sociedades Enrique Ortiz e Hijos Contratista de Obras S.A. y Tizor Hormigones y Asfaltos S.L. A la contrata, que sale a licitación para dos años por 9,14 millones de euros no solo se han presentado el constructor y su socio en la UTE de la limpieza de Alicante, FCC, tal como desveló Alicante Plaza hace unas semanas, sino que la lista de aspirantes admitidos asciende a 12, según la documentación a la que ha tenido acceso este diario.
En una resolución de este mismo martes, la mesa de contratación de la institución provincial (de la que forman parte exclusivamente técnicos de la Diputación, sin políticos) ha validado las ofertas de doce mercantiles o centros especiales de empleo que optarán a hacerse con la súpercontrata, la última que le queda a Ortiz en la provincia tras perder la limpieza de la Universidad de Alicante (UA) frente a Ferrovial, tal como también desveló este periódico. Entre los admitidos figura también la UTE de Ortiz que viene prestando el servicio hasta la fecha, desde que se lo adjudicó por primera vez hace una década, con Joaquín Ripoll (procesado en el Caso Brugal, como el constructor) todavía como presidente de la institución.
El resto de empresas admitidas, según la resolución, son FCC, Eulen, la UTE entre Los Serranos y Limpiezas La Parisien, Soldene, Orthem Servicios y Actuaciones Ambientales, Valoriza Facilites, la UTE entre Fissa Finalidad Social y Clece, OHL, Actua Servicios y Medio Ambiente, Ferrovial Servicios (Ferroser, la misma que arrebató a Ortiz la limpieza de la UA) y KLE Servicios Integrales. Es decir, las principales mercantiles del sector y UTE's entre firmas muy potentes de la provincia, así como varios centros especiales de empleo especializados en limpieza optan a arrebatar la última gran contrata de Enrique Ortiz. El próximo martes 9 de mayo se abrirán las plicas.
No es una situación nueva para el constructor. En diciembre de 2015, cuando la Diputación sacó a concurso la contrata para solo un año (el periodo que vence este mes tras una prórroga), la UTE de Ortiz ya se impuso a otra docena de empresas, entre las que figuraban varias de las que aspiran ahora de nuevo al servicio. En esta ocasión, como ha contado Alicante Plaza, el pliego establece que la oferta económica contará el 40% de la puntuación, la dotación de maquinaria nueva destinada al servicio un 30%, los aspectos técnicos un 14%, y los aspectos medioambientales un 16% (ocho puntos en el utillaje y otros ocho en los productos fungibles).
En los últimos meses, Ortiz ha perdido o se ha retirado de las otras dos grandes contratas que prestaba desde hace años. En la UA su oferta fue derrotada por la de Ferroser, después de que un tribunal de lo Contencioso de Madrid anulase la resolución inicial de la Universidad, que descartaba a Ferrovial por considerar su oferta una baja temeraria. Ferroser, tal como adelantó Alicante Plaza, comenzó a prestar el servicio el pasado 1 de febrero, después de 11 años ininterrumpidos con Ortiz e Hijos como adjudicatario. El constructor perdía así un contrato de más de 10 millones. En cuanto a la limpieza de dependencias municipales y colegios, Ortiz renunció de forma unilateral el pasado febrero, mientras el tripartito elaboraba el pliego para el nuevo concurso, tras 20 meses de prestación fuera de contrato.
Al margen de la limpieza en las dependencias provinciales, Ortiz sigue participando de la UTE que se encarga de la limpieza viaria y la recogida de residuos en la ciudad. No obstante, y al contrario que en la Diputación, en esta UTE participa con FCC (uno de sus ahora rivales, que tiene el 30%) y Cespa (otro 30%). Las otras dos empresas están lideradas por Ortiz (Cívica, 30%; e Inusa, 10%), de forma que el constructor alicantino tiene la mayoría pero no el control de la adjudicataria.
