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Dinero para comprar el Rico Pérez o Panoramis pero no para el Hércules

Foto: Rafa Molina
28/03/2017 - 

ALICANTE. El callejón sin salida en el que se encuentra el Hércules por acción y omisión de Enrique Ortiz tiene cada día menos luz.

La deuda con la Agencia Tributaria es el penúltimo cubo de basura en el que ha tropezado el club sin que, por el momento, nadie se haya dado por aludido, empezando por el constructor y siguiendo por su socio Juan Carlos Ramírez, y mira que hay razones de peso para que lo hagan.

En enero no había un euro para pagar la rescisión de Omgba o lo que pedía el Nàstic por la cesión de Emaná, pero apenas siete días después ambos empresarios trataron de hacerse con el Rico Pérez ofreciendo hasta 3.550.000 euros dentro de la subasta de los bienes y derechos de la sociedad Aligestión. El pasado 20 de marzo Ramírez hizo lo propio pero con Marina de Poniente, otra sociedad vinculada a Ortiz que en este caso se encuentra en concurso de acreedores y al borde de la liquidación si no aparece un inversor montado en su caballo blanco con un plan de viabilidad que asuma las deudas y pueda continuar la explotación de la concesión que ostenta la mercantil en la zona portuaria del mismo nombre. Ramírez depositó los avales bancarios requeridos para garantizar el cobro a los acreedores (entidades financieras) y a continuación registró ante la Autoridad Portuaria su plan que incluye una capitalización de importe desconocido por el momento.

Volviendo con el Hércules, ahora la Agencia Tributaria se ha plantado y no solo no acepta la propuesta previamente pactada por el club blanquiazul si no que eleva sus exigencias: exige directamente el pago de la deuda histórica o, subsidiariamente, acepta negociar un acuerdo de pago (un fraccionamiento) pero sobre la base de que el importe de toda la deuda sea avalado. Por el momento, Ortiz o Ramírez no ha dicho esta boca es mía lo cual no sorprende si tenemos presente que la única vez que se mostraron dispuestos a arriesgar dinero fue en junio de 2015, con la operación acordeón que paró el Instituto Valenciano de Finanzas, pero en ese caso se trataba de hacerse con el club a precio de derribo, claro.

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