del derecho y del revés  / OPINIÓN

Despegando desde Ciudad de la Luz

13/11/2022 - 

Estuve en la Ciudad de la Luz esta semana pasada, invitada por unos empresarios que acaban de instalarse allí y de quienes con toda seguridad les hablaré más adelante. Pude comprobar durante mi visita con mucha alegría que la Ciudad de la Luz se está poniendo en marcha poco a poco. Y podemos conseguir entre todos que despegue y con ello florezca nuestra provincia.

El hub tecnológico que se aloja en este complejo agrupa actualmente un total de 450 empresas, startups y entidades varias en el llamado Distrito Digital, y algunas de ellas están ya despuntando en ese ámbito. La pandemia ha hecho que algunas las empresas que operan en este mundo consiguieran su gran oportunidad. No pensemos que la COVID-19 ha afectado de manera negativa por igual a todo el mundo, porque algunas empresas afortunadamente han salido reforzadas de esta nefasta situación.

España tiene en estos momentos una excelente oportunidad de crecimiento en el ámbito de la digitalización, sobre todo dada la enorme creatividad que hay en nuestro país. Y Alicante está a la cabeza en este aspecto, aunque no nos vayamos a salir del mapa en cuanto al crecimiento, como pretendía la ministra Calviño en sus optimistas previsiones: la Comisión Europea ha estimado en un 1% la previsión de crecimiento para nuestro país en 2023 y se mantiene en el 4’1% el crecimiento del PIB en 2022. De todas formas, como veníamos de tan abajo, no estamos para tirar cohetes, pero las cosas, afortunadamente, tampoco están dando la razón a los pájaros de mal agüero, que pronosticaban un auténtico crack, con el que llevan meses intoxicando los informativos de todo el mundo, con la guerra de Ucrania como telón de fondo.

El futuro de nuestra provincia es halagüeño gracias al tirón que va a tener la Ciudad de la Luz y más lo será cuando el aeropuerto internacional esté conectado por tren con la capital y con Elche, que ya es año de que esta inversión nos llegue. O tal vez no nos llegue porque no interese que despuntemos más. También estamos de enhorabuena en estos días en la Comunidad Valenciana gracias a la inversión que se prevé en la giga factoría de motores eléctricos, prevista para Sagunto por la Volkswagen, y que recibirá 160 millones de euros.

Actualmente muchas miradas se están posando sobre el complejo cinematográfico alicantino. Productores de todo el mundo ya se están fijando en Ciudad de la Luz, e incluso se habla de ella como de uno de los mejores estudios de cine, no ya solo de Europa, sino a nivel mundial. El tanque de agua, donde Bayona rodó la aclamada película “Lo imposible”, según los entendidos es de primer orden. Así las cosas, ¿qué falta que ocurra para que estos estudios de cine despeguen y se conviertan en un polo de atracción fundamental para la provincia? Tal vez que nos lo creamos, en primer lugar, y que la ciudad de Alicante les abra las puertas. Hace falta una estrategia de comunicación eficaz para alejar el fantasma del cierre, al que se vio sometida la Ciudad de la Luz por la demanda de competencia desleal, y hacer que sea un motivo de orgullo para todos los alicantinos. En este sentido, para acercar el complejo a la ciudad es imprescindible que exista una mejor conexión por medio del transporte público, como no existe en la actualidad. No es posible que solo se pueda acceder al complejo a través de vehículo privado y que el bus deje a más de dos kilómetros de la puerta y haya que subir a pata esa tremenda cuesta. Dejémonos de tonterías de esto es de la Generalitat, que es del PSOE y Compromís, y yo -ayuntamiento. soy del PP, ¡pensemos más en el ciudadano, en la ciudad y en el bien común!

Por otra parte, es imprescindible organizar eventos en el complejo, que acojan encuentros de primer orden, así como unir el Festival de Cine -por más que sea propiedad de los hermanos Seva, ha de abrirse al mundo y al futuro- con el complejo cinematográfico, haciendo que ambos participen uno del otro.

Será una maravillosa noticia que la Ciudad de la Luz acoja el rodaje de la inquietante a la par que intensa novela “El Gato tuerto. Un caso judicial”, del alicantino Manuel Avilés, que fue presentado con gran éxito hace unos pocos días en nuestra capital, reventando el local. Necesitamos historias que nos conmuevan, como ésta, para sentirnos vivos.    

Hace falta, sin duda, volver a empezar, pero con buen pie y disfrutar las excelentes perspectivas que se abren a nuestro paso, en lugar de quedarnos lamiéndonos las heridas, porque el Gobierno de Sánchez no nos ha dado los fondos que nos merecíamos. Aunque no por ello dejaremos de exigir lo que es justo, con firmeza y vehemencia.

Mónica Nombela

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