Hace tiempo que quería contárselo y mire por dónde que lo he ido demorando sin motivo. Dícese de este un lugar emblemático en la ciudad de Alicante no exento de acontecimientos de todo tipo entre sus muros desde sus inicios. Pasar por dos arquitectos para su construcción generaba sospechas que su construcción no fuera duradera. Y no fue así. Ahí está, mírela, la Casa de las Brujas. Ahora se lo cuento.
No puedo negarle que el arte modernista me gusta. En la capital alicantina hay varios edificios representantes de este estilo. Ya le hablé de uno, la Casa del Ascensor, con sus motivos florales esculpidos en los arcos de su fachada. Ahora le voy de hablar de otra, la Casa de las Brujas, también con adornos florales, además de caras y de animales. Están cerca una de la otra. Pero no son las únicas, ya le contaré de alguna otra en ocasión diferente.
Los primeros planos y dibujos a mano alzada que el arquitecto Enrique Sánchez Sedeño hizo que este edificio ya apuntaba maneras para liderar la distinción como edificio emblemático en la ciudad. Añada a su singularidad, sus avatares para su construcción, sus cambios de propietario y su pase de uso privado a público con las reformas y transformaciones que ha ido sufriendo.
Deje que le diga por qué se le llama la Casa de las Brujas. En los años 70 del siglo pasado este inmueble estaba deshabitado y muy deteriorado, parecía que amenazaba ruina por su abandono. Tenía las puertas desvencijadas. Los cristales de las ventanas estaban rotos. Incluya a esta imagen los rumores de que vivían en su interior personas extranjeras que producían ruidos extraños. Al parecer lo producían unas brujas de largas melenas, ¿se lo imagina?, por lo que allanaban aún más el misterio. Eso decían los niños que jugaban cerca de esta casa. El miedo imaginó un escenario misterioso. Lo manifestaron tanto, no exento de exageraciones, que despertaron la curiosidad de los adultos creando una leyenda urbana sin sentido. Los ruidos extraños no eran otros que el paso del viento por las ventanas rotas, y por donde quería, nadie se lo impedía, la casa estaba vacía. Ya ve, fue el vecindario quien le puso el nombre de la casa de las brujas, aunque nunca las hubo en este edificio.
Pero volvamos a sus cimientos. Como le he dicho fue Sánchez Sedeño quien hizo los primeros planos en abril de 1898 contratado por Manuel Martínez de Azcoitia. El inmueble da a tres calles: San Fernando, donde se proyectó inicialmente su puerta de acceso; Avenida del Doctor Gadea, donde actualmente está la entrada al edificio; y la calle Rafael Terol. Era la zona del Ensanche. El inmueble estaba destinado a viviendas en régimen de alquiler. La planta tiene la forma de un trapecio irregular.
Tiene tres pisos, a vivienda por piso. En todos ellos destacaba un espacio amplio para el comedor, era el lugar de reunión de la familia y, por tanto, uno de los más importantes de la casa. Esta costumbre de la burguesía de entonces se fue implantando en la sociedad.
Seguimos. La Casa de las Brujas aún tiene mucho que contar. A ver cómo se lo resumo. No le voy a describir todos los detalles de su construcción, de sus fachadas desiguales, de los adornos del interior, lo cuenta ampliamente Santiago Varela Botella en su libro 'La arquitectura de Enrique Sánchez Sedeño y el modernismo en Alicante, editado por el Instituto Juan Gil Albert, por lo que le invito que lo busque en su biblioteca y lo lea.
Para no extenderme mucho le diré que el inmueble cambió de dueño en 1911. Este era Eulogio Soto. Quería el inmueble, y una nueva ampliación, para su uso propio donde instalar, además, su despacho. Este lo puso en la planta baja. El primer piso era la zona noble con los dormitorios con baño y lavabo, lo resalto porque aún no era muy común. En la planta superior es donde dormía el personal del servicio.
Con el cambio de uso, los criterios del nuevo propietario, su empeño de elevar las torres y ponerles un destacado tejado a dos aguas, no apuntaba a nada bueno. Soto y el arquitecto Sánchez Sedeño chocaron, dejando este la dirección de la obra a favor de Francisco Fajardo.
Fajardo tomó las riendas del nuevo planeamiento el 23 de abril de 1912. Con él destacan los adornos exteriores, con cabezas, de animales, fíjese en las cabezas de elefante en las esquinas de las torres. Imaginación no le faltaba.
Actualmente este inmueble es la sede del Presidente de la Generalitat Valenciana en Alicante, con su despacho, usos administrativos en las demás estancias, una biblioteca y una recepción.
Le invito a que vaya a visitarla y observe desde fuera sus fachadas, sus adornos, sus torres, con ese tejado a dos aguas que la hacen destacar entre viviendas más modernas, pero de mucho menos encanto. Desde el paseo del Dr. Gadea puede observarla con detenimiento, sin sobresaltos del tránsito rodado, aunque ahora reducido mucho con las últimas obras de esta avenida. Pues eso.