ALICANTE. Empezaré esta crónica por la segunda parte de su título. Luego verá por qué. ¿Es importante ser pionero? En muchas ocasiones ser el primero representa liderazgo, innovación, originalidad, rasgos de los que se caracterizó nuestro protagonista de hoy, un arquitecto que marcó una época y un estilo, dejando en la ciudad un legado para las generaciones venideras. Hoy aún quedan en pie buena parte de su obra, la piqueta urbanística no pudo con ellos.
Alicante ha tenido buenos arquitectos de cuna o de adopción. Supongo que se está imaginando a algunos de ellos, pero para no tenerle a la expectativa de saber quién es le diré que me refiero al madrileño Enrique Sánchez Sedeño. Fue arquitecto provincial de Alicante. ¿Era este el de sus pensamientos?
Para no hacerme pesado, hoy me refiero sólo a uno de sus edificios, la denominada Casa del Ascensor. Situado en un lugar privilegiado, es un edificio en L donde su lado más largo daba a la plaza Castelar, en la actualidad a la Rambla de Méndez Núñez, y el más corto a la plaza de la Constitución, actualmente el Portal de Elche. Fue zona de influencia donde la floreciente burguesía estableció sus dominios representados en singulares edificios como este.
Este inmueble fue proyectado para el Doctor José María Esquerdo. Su plano está firmado el 14 de septiembre de 1903. Esquerdo fue un afamado médico que nació en Villajoyosa en 1842 y falleció en Madrid en 1915, ciudad esta donde desarrolló buena parte de su actividad profesional.
“El arquitecto llevó a cabo en los planos un depurado y exquisito dibujo para representar la solución de las plantas, con la distribución de las dependencias, que se corresponden con la baja y los pisos superiores. Siendo también de gran belleza formal la empleada para trazar las fachadas”, en palabras de Santiago Varela Botella en su libro “La arquitectura de Enrique Sánchez Sedeño y el Modernismo en Alicante”.
Este arquitecto fue innovador en varias cosas, ahora verá. “Ofreció la innovación estructural que, en el ámbito de la construcción local, supuso el empleo de los pilares metálicos con exentos vistos, y las pletinas que en las fachadas recercan los arcos del primer piso. Fueron novedosos en la arquitectura de la ciudad”, en palabras de Varela. Otro elemento innovador fue la instalación del ascensor, el primero que se construyó en un edificio en Alicante. Esto permitió la mayor verticalidad del inmueble y el aumento de las alturas.
A todo esto, súmele los elementos modernistas de los arcos de la fachada con bellos adornos florales que hacen del conjunto una maravilla. El modernismo forma parte de una etapa de la obra personal del arquitecto Sánchez Sedeño. Si no conoce la “casa del ascensor” haga por verla, le sorprenderá. Y si la conoce, vuelva a verla y recrearse de esta belleza.
Volviendo al principio, que uno es cabezota, insisto en la cuestión si lo pionero es prioritario o no, y si lo fue en la arquitectura de Sedeño enlazando sus estructuras con las necesidades de sus clientes. Muchos siglos anteriores teorizaban sobre este asunto. Fíjese, se me antoja recordar las palabras de Marco Vitruvio, arquitecto del Imperio Romano, que dijo aquello de que “la arquitectura es una ciencia que se adquiere por la práctica y por la teoría. La práctica consiste en el conocimiento de las necesidades de los hombres y de las cosas útiles a la vida. La teoría es la demostración, por parte de la razón, de estas necesidades y estas cosas útiles”. Esta frase destaca la importancia de comprender las necesidades para crear soluciones innovadoras y útiles a través del diseño arquitectónico. Vitruvio apuesta por una combinación equilibrada entre la teoría y la práctica, lo que implica ser pionero en el desarrollo de soluciones arquitectónicas basadas en un entendimiento de las necesidades humanas.
Sánchez Sedeño, muchos siglos después, puso esto en práctica y desarrolló su arquitectura, su arte, construyendo edificios de gran belleza. Muchos son los inmuebles que representan su genio en la ciudad de Alicante, sería por algo. Volveré a referirme a este arquitecto y a alguna de sus construcciones que siguen en pie en Alicante alardeando de su buena fábrica. Y tienen motivos para ello.