Los líderes de la UE han acordado el bloqueo de la mayor parte de las importaciones de petróleo ruso, pero no del total ni tampoco de forma inmediata, ya que la aplicación de la medida se fija para finales de este año
MADRID. Esta es la tercera vez que abordamos el tema del petróleo. ¿Por qué lo hacemos? ¿Ha cambiado algo para mejor o peor desde finales de marzo, cuando hablamos del crudo por última vez? ¿Qué novedades hay? En primer lugar, los líderes de la Unión Europea (UE) han acordado el bloqueo de la mayor parte de las importaciones de petróleo ruso. No del total, desde luego, y no de forma inmediata, ya que la aplicación de la medida se fija para finales de 2022, dejando a un lado el que recibe por oleoducto, para evitar un mayor perjuicio para los países más dependientes (Hungría, Eslovaquia o República Checa). Cuando se aplique esta norma se bloqueará un total del 90% del petróleo ruso. El Reino Unido, que importa el 8% del petróleo que consume a Rusia, también se ha comprometido a vetar el petróleo ruso para finales de año. Tras conocerse la noticia, los futuros del Brent alcanzaron los 124 USD por barril.
De forma casi inmediata, la OPEP+ comunicó su decisión de incrementar su producción de petróleo a partir de julio. El acuerdo, sin embargo, no ha tenido un reflejo en los precios del petróleo, ya que persiste la idea de que la mayor parte de los países de la OPEP podrían no poder cumplir con este acuerdo. A priori, sólo Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos tendrían capacidad para bombear más petróleo de forma significativa, tal y como declaró Mohammad Barkindo, secretario general de la OPEP, que dijo que, "con la excepción de dos o tres miembros, todos están al máximo de su capacidad de producción", añadiendo que, "el mundo necesita aceptar este hecho".
En este contexto, se estima que Rusia, que producía antes de la guerra unos 11 millones de barriles diarios (mb/d), podría ver reducida su producción hasta en 2 o 3 mb/d. Esta caída puede ser difícilmente sustituida por el resto de países productores, tal y como señaló el ministro de Energía de Emiratos Árabes Unidos, Suhail Al-Mazrouei, que advirtió que, “sin una inversión significativa en todo el mundo, la OPEP+ no puede garantizar suministros suficientes”, añadiendo que "estamos rezagados en producción en casi 2,6 millones de barriles por día y eso es mucho"… para terminar ha afirmado que "si seguimos consumiendo al ritmo actual que tenemos, no estamos ni cerca del pico de precios, porque China aún no ha vuelto y vendrá con más consumo".
Ya sabemos que estamos hablando de un sector cíclico y que no hay más que ver una serie de gráficos de largo plazo del crudo -en cualquiera de sus referencias para constatarlo-, y que en la actualidad estamos más cerca de las zonas de máximos que otra cosa; pero evidentemente con este escenario no parece que haya muchas esperanzas de que el precio del crudo flexione, al menos en el corto plazo.
La consecuencia más inmediata es que el sector petrolero y energético y las compañías que lo componen en los diferentes índices, son la excepción de ganancias en unas bolsas castigadas por el entorno tan difícil en el que nos encontramos. Y claro, muchos inversores se plantean cómo aprovechar para hacer presente el crudo en sus carteras de inversión.
La más simple sería la compra de acciones de empresas petroleras, cotizando en cualquier bolsa. En general, todas las compañías agrupadas en el sector son interesantes y cuentan con buenos fundamentales y buenas recomendaciones, pero podemos destacar entre las americanas ConocoPhillips y Exxon Mobil. Por su parte, entre las europeas, por qué no, Repsol, que lleva un año excelente y que no para de recibir buenas recomendaciones y mejoras en su precio objetivo.
Sin complicarse mucho, vemos que no es casualidad que en este 2022 de las doce empresas más rentables de la bolsa española nos encontremos con una petrolera (la citada Repsol) y tres empresas relacionadas con la industria auxiliar (Tubacex, Técnicas Reunidas y Tubos Reunidos).
Fondos de inversión sectoriales o ETFs son también válidos y en el mercado especializado se dispone de unos cuantos. Y siempre queda la alternativa de los derivados, futuros, opciones y CFDs o contratos por diferencia, utilizándolos no sólo como instrumentos de especulación, en busca de una ganancia rápida, sino como instrumentos de inversión y de cobertura de cartera.
Por su parte, los futuros sobre el petróleo del Chicago Mercantile Exchange (CME), el mayor mercado de derivados del mundo, disponen de tres tipos de contrato como son 'grande', 'mini' y 'micro', que les hacen adecuados para todo tipo de inversores.
Antonio Castelo es analista de iBroker