Sería una actitud provechosa y justificada la de apostar por el renacimiento e impulso de las actividades marítimo-recreativas en nuestro territorio y darle, dentro del mismo, un protagonismo y una forma de capitalidad al arco que se traza entre Dénia y Torrevieja, a la Costa Blanca.
El término “economía azul” designa a todas aquellas actividades relacionadas con la mar y sus recursos. Mientras el camino a recorrer por la Comunitat Valenciana en ciertos ámbitos de esta economía, como los grandes puertos, la pesca industrial o las actividades extractivas es largo, de fuertes inversiones y ambicioso (actividades todas ellas, por cierto, que representan la parte más dura y agresiva en lo ambiental), podemos empezar algunos escalones más abajo, más apegados al suelo, a las pequeñas y medianas empresas, que son además la especialidad de nuestra Comunidad: el ocio marítimo puede ser un nicho de crecimiento alternativo, nada despreciable, y sobre todo para el que ya estamos dotados y contamos con todos los medios.
Sin embargo este sector se halla tan disperso que apenas se tiene cuenta del mismo, y sobre todo, requiere de una estrategia y una atención especializadas. Hay países, como Francia, que han sabido atenderlo con nutrido éxito, no ha sido nuestro caso, y no por falta de más cualidades que los galos.
Es necesario entender que el sector marítimo-recreativo no puede concebirse sólo (subrayo el sólo, solamente) como un servicio auxiliar del turismo, de las pernoctaciones, de los hoteles. Esa parte, la puramente turística, complementaria, es valiosa, pero lo confina en unos límites que no le permiten crecer, ni resultar debidamente atendido. Como saben los que están en esto, al sostenimiento cotidiano de una embarcación le hacen falta, casi continuamente, electricistas, pintores, marineros en el muelle, mecánicos, instaladores, travelifts, pero es que igual ocurre con todas esas otras actividades marítimas que requieren una formación, unas academias, títulos, monitores, guías, mantenimiento y reparación de equipos, profesores, medidas de seguridad y asistencia, etc. Además de instalaciones, gestores, amarres, obras, etc.
No existen muchos sectores que requieran tal número de servicios, profesionales, técnicos, mantenimiento e inspecciones, de forma periódica y casi continua.
No entender esto como algo más que turismo, que se funde con el mismo pero lo excede, sería un error.
Por otra parte, la oferta que se concentra en nuestra zona costera, debe responder a dos estímulos: uno es la capacidad propia del sector de ofrecerle al usuario y al cliente un buen servicio, homologable, moderno, fácilmente contratable, inmediato y con las garantías y transparencia con que se va exigiendo todo hoy en día: online, con un solo gesto y mucha información. Por otro lado la oferta, el abanico de posibilidades que se han de ofrecer, ha de procurar siempre ser un producto renovado, con renovadas facilidades para su uso, con un atractivo siempre nuevo, un tema que no estaba en la temporada anterior, un reclamo y un estímulo siempre fresco y novedoso; esto necesita detrás un esfuerzo en común y un impulso, un ente o cluster que asuma esta carga colectiva.
Al sector público le reclamamos un apoyo y colaboración con esta suma de pequeñas y medianas empresas, de jóvenes y de emprendedores; la demanda de autorizaciones, proyectos y colaboración con nuestras administraciones debiera tener el efecto de caminar y no de entorpecer. El empleo azul, la formación en tantos aspectos relacionados con el medio marino, los deportes y la náutica profesional tienen, en nuestra zona, la ubicación idónea, pero también necesita de aquellos que forman empleados, auxiliares, profesionales y de un sector activo y con expectativas.
El objeto del Cluster Marítim es, precisamente, conseguir estos objetivos, unir estos puntos, impulsar estos planteamientos, conseguir que caminen a la par las ideas del sector con los apoyos y los planes de nuestras Administraciones propias, como Conselleria d’Economia y Diputación. A ver si, algún día, en lugar de envidiar lo de fuera, podemos orgullosamente mostrar un sector náutico y marítimo a la altura de nuestras condiciones naturales y materiales, señal de un buen trabajo.