VALÈNCIA. Reutilizar lo que existe a nuestro alrededor y darle una nueva vida se ha convertido en un modelo de negocio y, además, sostenible. Así lo creen desde Deleite Wear, compañía acelerada en Lanzadera que ofrece a la hostelería y la hotelería reusar sus propios residuos textiles para crear los uniformes de sus empleados . "Transformamos sábanas, colchas y toallas de hoteles de lujo que tienen alta calidad, pero también alta rotación", explica Laura Fernández, cofundadora de la compañía.
Son textiles que desechan por imperfecciones y han consumido gran cantidad de recursos naturales y a los que, según explica, tiene sentido seguir dándole una segunda vida. "Una camisa hecha con nuestro método de upcycling frente a lo que sería la producción convencional de cultivar todo el algodón y pasar todos los procesos de hilado llega a salvar unos 3.000 litros de agua de media. Sería como lo que bebe un adulto en cinco años", explica.
"Es un material que transpira, que no es agresivo para la piel y que los equipos agradecen vestir. A veces son las gobernantas las que trabajan con toda esta lencería y conocen la calidad. Además, toda la inversión que hacen para comprar el menaje, poder seguir revalorizándolo es una idea redonda para ellos", asegura.
Inicialmente, empezaron con una marca dedicada al consumidor, aunque con el mismo concepto de salvar tejidos que ya existen. "Empezamos a utilizar este textil del sector hotelero, que dentro de todo el rango eran los que más calidad tenían, nos empezaron a invitar a eventos de turismo y de hostelería, para presentar el proyecto. Fue ahí cuando los propios hoteleros nos señalaron que querían utilizarlo para sus uniformes, y pivotamos", apunta.
La CEO de Deleite Wear viene del mundo de la moda y ha trabajado con diferentes marcas, desde la alta costura al fast fashion. "Siempre me ha preocupado mucho la sostenibilidad. En mi día a día me gusta ser cero waste, comprar más local, y me chocaba que en mi trabajo se rompiera tanto mi estilo de vida", reconocía. "Empecé a dedicarme a la moda sostenible y vi que el principal problema era la rapidez con la que se consume y se tira todo. Cada segundo se tira un camión de basura lleno de textiles, casi estás produciendo para tirar", destaca.
Una cuestión que también capea las modas. "En el caso de los hoteleros, ya no quieren mantas ni colchas, quieren nórdicos", recalca. Actualmente, tienen una veintena de clientes, la mayoría en Madrid. La producción es local y conservar el buen hacer de España. "Era una fuerte potencia textil, y se fue perdiendo con la deslocalización", asegura. Para los hoteles que no tienen este tipo de textiles, también disponen de un banco solidario que utilizan para confeccionar más prendas.
"La idea es escalar este modelo cada vez a más talleres. Lo hemos hecho con inserción social y con talleres que han formado a personas con riesgo de exclusión", explica. Para 2023, les gustaría ser conocidos en todo el sector hostelería de España y conseguir la rentabilidad y un triple balance positivo: medio ambiental, social y económico.