Parece mentira con el tiempo que llevo en esto y las elecciones municipales que he vivido profesionalmente, cómo me sigue pillando por sorpresa la realidad que siempre, siempre, supera la ficción y lo esperado. La encuesta de intención de voto en Elche para las próximas elecciones municipales que publicaba este diario el pasado domingo corrió como la pólvora en el ecosistema político-periodístico en el que nos movemos. Nos sorprendió, sobre todo el empuje de Vox que según la encuesta, podría obtener en Elche en las próximas elecciones de mayo de 2023 hasta el 18,5 % de los votos, cinco concejales, (venían de poco más de 5% y dos ediles).
La sorpresa viene, por lo menos la mía, porque Vox en Elche no está, aunque sí se le espera. La candidata a la alcaldía de hace 4 años creo que no vive ya ni en la ciudad y los dos concejales que se han quedado tienen, por decisión propia, una casi nula presencia en los medios de comunicación y las redes sociales. El partido como tal en Elche está absolutamente desaparecido y todo se controla desde Vox Alicante que tampoco es que tengan mucho tiempo para dedicar un ojo a la segunda ciudad de la provincia. Es más, después de este resultado en las encuesta dirían y con razón, ¿para qué? Así les va de maravilla, mejor no “menearlo”.
Y me sorprende mucho todo esto, cuando me consta que el resto de políticos y concejales viven obsesionados por aparecer en la foto. Visto lo visto podríamos pensar que a lo mejor deberían relajarse un poco.
Bueno, hay matices, y es que Elche es una gran ciudad con 231.000 habitantes pero todavía mantiene el “roalet” que en unas elecciones municipales y en municipios más pequeños, convierte unas elecciones a la alcaldía en una cuestión en la que todavía pueden contar las personas más que las siglas.
El Partido Popular, que lleva tres años de delantera de precampaña respecto al resto de formaciones políticas lo sabe y lo fía casi todo a la figura de Pablo Ruz, (aun no sé por qué en el Proyecto Elche no han incluido el PRA, Pablo Ruz Alcalde, que acuñó un asesor hace tres años y empezaron a usar en sus redes sociales).
Ese debate entre confiar en el voto al partido o a las personas es en el que se mueve el PSOE por ejemplo, que siempre intenta hacer un híbrido, decantándose más o menos a uno u otro lado dependiendo de la tendencia de su partido a nivel autonómico y nacional. Los socialistas de Elche deben analizar muy bien ambas variables antes de elegir a su candidato. Si se confirma la tendencia de la encuesta del domingo, podrían ser los más votados pero acabarían en la oposición, arrollados por Vox que sumaría sus votos al PP y acabaría volviendo a gobernar la derecha en Elche por segunda vez desde que hay democracia en España.
Falta un año para las elecciones y las encuestas quizá solo marquen tendencias. Pero aun así se miran con lupa. El PP no se fía ni de su sombra y los socialistas aún deben tomar la decisión más importante aunque en público no quieran reconocerlo. ¿Quién será el candidato a la alcaldía? El debate está ahora mismo y extraoficialmente dentro del partido aunque no lo quieran reconocer en público y dicen que se abordará ese asunto en septiembre. En el ecosistema de periodistas y políticos de otros partidos se observa con expectación todo este proceso. Los periodistas porque nos va la marcha, los políticos y asesores de otros partidos con ansia viva. El Partido Popular está deseando saber quién será su contrincante y claramente prefieren que no sea Carlos González.
Los socialistas no eluden la pregunta, yo diría que hasta casi la provocan, pero miden sus tiempos. Esta semana comparecían juntos en la sede del PSOE de Elche el secretario general, Alejandro Soler y el alcalde, Carlos González. Hacían balance de tres años de legislatura pero ambos sabían que tendrían que contestar sobre este asunto. Y lo hicieron.
Les ahorro los rodeos que dieron y les llevo al meollo: González dijo que él desde el punto de vista personal se siente con fuerza, ilusión y tiene proyecto, aunque “se cruzará ese puente cuando se llegue ese río”. A continuación Soler dijo que el partido tiene un procedimiento y unos tiempos para tomar esa decisión pero “hay que saber qué puentes cruzar y qué puentes quemar”. Fin de la cita
