tribuna invitada / OPINIÓN

De personas, retos y logros

20/08/2023 - 

Aunque el síndrome del folio en blanco se supera escribiendo, no es menos cierto que las ideas para hacerlo no aparecen siempre solas. Es tal la catarata de retos y logros conseguidos por Suma Gestión Tributaria en sus 30 años de existencia que una mera cronología me permitiría superar con creces cualquier parálisis creativa. Es más, estaría horas tecleando y borrando para dar con la síntesis idónea de los momentos clave de su trayectoria.

Hoy, Suma es un protagonista esencial en la escena socioeconómica de la provincia.  Como generador de 850 millones de ingresos para los 141 ayuntamientos alicantinos, representa uno de los motores clave para la mejora de los servicios públicos y el bienestar. Su despliegue en el territorio, gracias a 46 oficinas físicas e itinerantes, le convierte en un factor vertebrador que facilita el desarrollo armónico de nuestras ciudades y municipios. Mientras, su dinámica de innovación tecnológica, imprescindible para realizar 4,5 millones de atenciones y casi un millón de trámites administrativos, ejerce un auténtico efecto dinamizador indispensable para la modernización y digitalización en el ámbito institucional.

Pero estas líneas no van de eso, ni de presentar un caso de éxito en un tono más o menos académico. Van de personas, de un equipo humano que afronta desafíos y alcanza metas, de una forma de entender el servicio público desde lo más alto hasta los cimientos de una organización. Basta cruzar el umbral de cada oficina para reconocer una propuesta única de hacer las cosas fruto de decisiones y experiencias acumuladas a lo largo de tres décadas de travesía. Pero, en especial, percibir la identificación con una cultura única e intransferible resultado de una vocación por la colaboración leal.

Desde que vio la luz, las tempranas apuestas por hacer de la ciudadanía su preocupación esencial y trasladar principios del management a la gestión pública convirtieron el trabajo en equipo y la inquietud por aprender en los leitmotiv para dar respuestas de excelencia a vecinos y ayuntamientos. Esa pasión por la excelencia es el pilar que sustenta a todo un referente de eficiencia y generación de valor en el ámbito tributario; las raíces de una marca tecnológicamente innovadora con un know-how único para hacer frente a los desafíos más complejos.

Pese al protagonismo de ese grupo que hoy conforman casi 500 profesionales, sería injusto relegar el papel de unos responsables públicos que arriesgaron por una idea disruptiva y han seguido siendo valedores de un modelo por encima de las disputas políticas. El consenso y el respaldo al modelo desde tiempos del clarividente Antonio Mira Perceval hasta del inquieto Carlos Mazón, son otro de los ingredientes esenciales del éxito alcanzado. Esta visión trascendente a cada ciclo electoral ha dotado de una estabilidad indispensable al Organismo, mientras el estímulo ejercido corporación tras corporación permanece tras su inherente pasión por progresar.           

Tampoco sería razonable olvidarme de quienes han liderado este grupo humano, diseñando estrategias y lidiando con las zozobras del día a día. Desde el ingenioso Fernando Plaza hasta el emprendedor Pepe Trigueros pasando por José López-Garrido o Manuel de Juan han dejado su impronta, contribuyendo a gestar ese saviour faire Suma. Su visión y capacidad de entusiasmar explican muchos de los pasos que han dotado de solidez a un modelo capaz de proyectarse en otras provincias, compitiendo en plano de igualad con las soluciones más avanzadas ofertadas por el sector privado.

Cada mañana, todos los que trabajamos en Suma ponemos el alma para seguir superándonos. Prestigiosas certificadoras nos han posicionado recientemente a la vanguardia nacional en materias como la sostenibilidad, la calidad en la atención y la eficiencia operativa. Hemos multiplicado las iniciativas por minimizar desigualdades combatiendo la brecha digital y la despoblación. Acabamos de arrancar un proyecto de renovación del sistema de información que nos sitúa en la frontera tecnológica junto a Cataluña o Madrid. Finalmente, el protocolo formalizado hace unos meses con Minsait-Indra nos abre un abanico de oportunidades sin parangón.

Con independencia de todo esto, el mayor desafío al que nos enfrentamos es contagiar a las nuevas generaciones ese espíritu Suma enraizado en aquellos que han recorrido el camino estos años. Articular la transmisión entre generaciones de los valores que subyacen tras el mismo debe ocupar lugar preferente en el porfolio de actuaciones a implementar por aquellos que atesoran la responsabilidad de seguir llevando adelante este proyecto. Dejar desvanecerse esta quintaesencia sería un error de difícil justificación.

En palabras de Einstein, existen cosas maravillosas resultado del trabajo de muchas generaciones que se ponen en nuestras manos como herencia para que lo recibamos, lo honremos, lo ampliemos y un día lo transmitamos. Personalmente, como director, no soy más que heredero del buen hacer de quienes me antecedieron empeñado en aportar un grano de arena con perseverancia y una noble ambición por seguir engrandeciéndolo. Un mero usufructuario temporal de un magnífico equipo al que me enorgullezco de pertenecer y servir. Alguien cuya máxima aspiración es confundirse en este paisaje de personas que afrontan retos y alcanzan logros.

José Antonio Belso Martínez
Director de Suma Gestión Tributaria

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