Entramos en la recta decisiva de las elecciones municipales del próximo 26 de mayo. Aunque las encuestas exhiben la misma línea que los resultados del pasado 28A, la balanza va a estar muy igualada: la participación y la Ley d'Hont se encargarán de sacar o reducir las ventajas, aunque sí que hay tendencias muy claras: el PSOE puede ser el más votado en muchas grandes ciudades, a excepción de Benidorm, Orihuela, Torrevieja o Villena. El PP necesita ser el más votado del centro derecha, por delante de Cs, y que Vox no se deshinche, de lo contrario, el pacto de derechas no tendrá opciones, y también será clave la fortaleza de Unides Podemos, más allá de la consolidación de Compromís que, por el momento, las encuestas siguen confirmando. Y aunque las encuestas dan algunas mayorías holgadas, la cosa va estar muy igualada. Este es el panorama por partidos.
Los candidatos del PP siguen con su particular do it yourself (háztelo tu mismo). Con las siglas escondidas, luchan por quedar delante de Ciudadanos y que las derechas sumen. El PPCV sigue con el mensaje de las autonómicas: todo contra el Botànic, y esa pantalla da la sensación de que está superada. Incluso, parece que Ciudadanos la tiene superada, a la espera de que se conforme el nuevo Botànic. En el caso de Alicante, Luis Barcala está apelando al voto útil para intentar ser el más votado de las tres derechas, con una campaña de barrios y sin actos masivos. El gran descalabro del PP de Alicante sería verse superado por Mari Carmen Sánchez, de Ciudadanos.
En cambio, en Elche, Pablo Ruz no tiene ese problema, será el más votado de su bloque, y se muestra más abierto a pactos: bien es verdad que el panorama de Elche no es el mismo que el de Alicante: hay más formaciones independientes que pueden sacar representación. Ruz busca que la izquierda no tenga mayoría absoluta.
Los socialistas salen con la vitola de ganadores del 28A. Sus candidatos no deben cometer errores si quieren manterse como los más votados. La semana pasada, Paco Sanguino se enredó con el intento de querer poner en valor que es un independiente en la lista, un error que aprovecharon sus adversarios de la izquierda. Sanguino debe saber que va en volandas, con el aire a favor de la marca: debe ser básico en su mensaje y no meterse ni en cuestiones espinosas, ni proyectos megalómanos. Su proyecto es Ximo Puig, Pedro Sánchez, la convivencia, otra forma de hacer política, la empatía personal. En Elche, Carlos González debe intentar que Compromís y Podemos saquen buenos resultados. Su amenaza no es el PP, es la suma de la derecha con independientes. El dilema del PSOE vendrá tras las elecciones: si pacta con la izquierda, como le pide la militancia; si lo hace con Ciudadanos, como le piden muchos de los votantes, o si lo hace en solitario buscando acuerdos puntuales, algo que podrá hacer en Elche.
Los socialistas no tendrán (o no deben) tener problemas en gobernar en Dénia, Xàbia, Alcoy, Cocentaina, La Vila Joiosa, Elda, Petrer. Se pueden encontrar con el gobierno de Calp, retener en de los los municipios del área metropolitana de Alicante y si suena la flauta, Torrevieja o Benidorm. Ciudadanos será clave ahí.
Para que Compromís rentabilice las elecciones y su resultado, deben repetir los resultados de las autonómicas. Solo siendo decisivo en los municipios en las que estaba en el Gobierno, tendrá protagonismo. De lo contrario, pasará a la dura oposición. Sus expectativas están puestas en repetir los resultados, mantener su cuota de tres/cuatro concejales en Alicante y Elche, pugnar por ser el más votado en Crevillent, Altea, El Campello y Villena, donde van coaligados con la marca de Los Verdes. De ser así y obtener tres diputados provinciales o cuatro en la Diputación, consolidaría su posición y volverían al prime time.
Si el 28A fue la salvación de Unidas Podemos, el 26M puede ser su superviviencia municipal. Ya son sistema. En Alicante, al menos, van camino de recuperar la traumática experiencia de Guanyar Alacant, aunque difícilmente obtengan otra vez seis concejales. Pero parte del éxito lo tiene su candidato a la Alcaldía, Xavier López, que se ha convertido en la verdadera revelación de la política municipal en esta campaña. Se ha mostrado ágil, rápido, claro, conciso, con las ideas bien preparadas, independiente de que se esté de acuerdo o no con ellas. El cambio de estilo con respecto a Miguel Ángel Pavón es notorio y aporta aire fresco al debate y nuevas formas de hacer política. Además, la confluencia se ha dado cuenta de que en esta campaña puede explotar el concepto de unidad: su rival es el PSOE, sí, y le advierte que no pacte con Ciudadanos. A diferencia de las derechas, esta vez la izquierda no se tira los trastos a la cabeza. Y en el caso de Unidas Podemos puede ser muy decisivo en la capital; en Elche, si saca representación; o en ciudades medias como Elda, Petrer o Alcoy.
Ciudadanos tiene dos objetivos en esta campaña: alcanzar las alcaldías de Alicante y Orihuela y sobrepasar al PP en varias ciudades, como Novelda, Elda, San Vicente, Sant Joan d'Alacant, Santa Pola, etc...Lo de Alicante es más sencillo: debe ser más votado que el PP e intentar que Barcala y Vox le respalde. En las cuentas de la formación naranja se baraja con que sea el partido más votado de la ciudad y de esta manera, elegir socio. Eso es lo que ha intentado transmitir esta semana Mari Carmen Sánchez, pero le ha faltado concreción. Juega la baza de que puede pactar con PSOE y PP. Y esa es una cuestión que Ciudadanos hará valer en Elche, Torrevieja, Orihuela o Benidorm. Y ojo que se produzcan esos acuerdos globales, que dejen aislado al PP, y a Compromís y a Unidas Podemos.
De la formación de Santiago Abascal y sus candidaturas locales poco se sabe, más allá de quienes sus candidatos y algunos de sus líos internos. Pocos actos públicos, por no decir ninguno -presentaciones y nada más-; poco de su programa electoral en cada ciudad, y a esperar que la marca les lleve en volandas. Las pocas medidas que conocemos es a través de alguna entrevista a los candidatos o su participación en debates, y están, cuando menos, muy alejadas de algunos consensos muy generales. Y conforme pasan los días da la percepción -y las encuestas así lo atestiguan- de que Vox se está diluyendo, o al menos es la sensación que siente el electorado de centro derecha (y las cúpula del PP y Cs). Pese a ello, serán decisivos en alguno de los 22 municipios en los que presentan. Y lo pueden ser mucho en Alicante capital y su área metropolitana siempre que el bloque sume.