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tribuna invitada  / OPINIÓN

De pactos rotos o mociones de censura

17/02/2023 - 

En otoño de 2020, el president Ximo Puig intentaba sumar a todas las fuerzas políticas en los presupuestos autonómicos para salir fortalecidos de la pandemia. Para ello, se nos solicitó a todos los portavoces municipales que facilitáramos al máximo los presupuestos en nuestros ayuntamientos. El PP despreció el pacto en Les Corts, pero al mismo tiempo exigía pactos en cada cuenta municipal. Para entender al PP, deben revisar previamente los significados de cinismo y falta de escrúpulos en el diccionario. Pocos días después de la aprobación de los presupuestos autonómicos, vivimos la peor ola de covid-19, que causó el 40% de las víctimas totales. En Alicante, concluimos en que, para poder hablar de presupuestos, había condiciones previas infranqueables: la retirada del proyecto de ordenanza de la vergüenza y la reorganización de los servicios sociales.

Esta ordenanza es el síntoma de la gobernanza hostil de Luis Barcala: cierra las infraestructuras municipales de los barrios más desfavorecidos, se niega a ofrecer ayudas para la redacción de los informes de vulnerabilidad de los solicitantes, se niega a ofrecer ayudas de transporte entre el Banco de Alimentos y las asociaciones en pandemia, se niega a ofrecer infraestructura para depositar los alimentos durante los tres meses que se han de almacenar… Además, se toma el lujo de decir que ellos “no son los gestores de las asociaciones vecinales”. Es cierto, parafraseando al presidente Pedro Sánchez, el PP es el gestor de las clases más pudientes en exclusiva.

«Facilitar no significa un cheque en blanco, queremos ser útiles a la ciudadanía, y tenemos nuestras prioridades, como es la dignidad humana», decía el Secretario de Organización, José Muñoz, respaldando sin fisuras la posición que, como portavoz, yo defendía en las fechas de diciembre de 2020.

Aun así, algunos hicimos de tripas corazón y resolvimos no bloquear los presupuestos del siguiente ejercicio. Tras dos años, el PSOE se ha mantenido férreo en esa exigencia y observo sin disimulado orgullo que nuestra candidata a la alcaldía Ana Barceló no suelta la bandera que en su momento enarbolamos algunos para plantar nuestra línea roja ante la ordenanza, que es simplemente ante la indignidad.

Ahora también observo que dos de los concejales de Ciudadanos se erigen como posibles mediadores para conseguir que se aprueben los presupuestos de 2023. Alabo la decisión de ambos, pero sería muy fácil contestarles que tienen dos opciones: la primera es convencer a sus tres compañeros de partido de que deben romper el pacto con el alcalde por sobrados motivos, igual que han hecho en otros municipios sin tenerlos. Y entonces, aprobar los presupuestos con la mayoría de la corporación, que es ajena de PP y VOX. Jorge Luis Borges, ese escritor de derechas, dijo que “la derrota tiene una dignidad que la ruidosa victoria no merece”.

Barcala ha demostrado que no es nadie sin VOX y ha fracasado estrepitosamente cuando la extrema derecha ha roto con ellos. Ciudadanos ha exhibido sin rodeos rupturas de pacto y portazos recientemente en Xixona y en Sant Joan d’Alacant por mucho menos que un fracaso en el ítem más importante de una ciudad: los presupuestos. Es decir, cortar por lo sano, saben.

Si se quiere liderar, uno no puede ir de segundón, ser timorato, sino audaz y hasta temerario. Si se quiere liderar, uno ha de estar dispuesto a que le partan la cara porque es la única manera de demostrar que mañana te partirás la cara por los demás.

La segunda opción pasa por reunirse con todas las fuerzas políticas para sumar los votos en una cuestión de censura para, por fin, desalojar los modos de satrapía que flotan en el Ayuntamiento desde que Barcala clavó las espuelas sobre el tablado municipal y, con la ayuda de una tránsfuga, embarró todo. Y en ese caso, sacar adelante por fin unos presupuestos sin el dopping de VOX. Díganle que si no soluciona los problemas, que se aparte.

Si quieren ser realmente útiles, si realmente les importa la cacareada “democracia, transparencia y regeneración” que pronunciaba su compañero de Xixona Javier Gutiérrez a principio de mandato; si quieren poner por delante unos presupuestos vitales por las ayudas europeas y no dedicarse solo a lo electoral, como defendía su compañero Santiago Román en Sant Joan d’Alacant, simplemente promuevan ustedes una cuestión de censura contra un alcalde que provoca más problemas que soluciones. Apliquen la dignidad de la derrota de Borges y, como seguramente les diría el maestro, déjense ustedes de vainas.

Francesc Sanguino Oliva es concejal del PSPV-PSOE en el Ayuntamiento de Alicante. 

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