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mi cuerpo, mis reglas / OPINIÓN

De nuevo, vuelta a empezar

12/02/2023 - 

ALICANTE. La verdad es que cansáis y mucho. Siempre con el mismo cuento, siempre con la misma cantinela, siempre con la misma retahíla de hasthags, falsedades, manipulaciones y comeduras ideológicas. Desde luego que la jugada os ha salido redonda: ya tenéis una ley para lucir y para restregar a quien os escuche, y con la que nos vais a dar la paliza a toda la ciudadanía durante este año de elecciones. Pero creedme que, evidentemente, no sois perfectos. 

No sois para nada esa flor y nata del activismo LGTBI que gritáis a los cuatro vientos y que incluso os creéis. Tenéis un pequeño problema y es vuestra vergonzosa dependencia ideológica y crematística de un partido político que es cualquier cosa menos progresista, aunque nos sigan y sigáis intentando engañar con ese cuento. Creedme que, desde el activismo independiente, os conocemos. Ese activismo al que teméis porque tenemos toda la libertad para señalaros con el dedo; señalar vuestros errores y señalar vuestra política de manipulación, no sólo contra el activismo LGTBI, sino contra las mismas personas LGTBI.

Tengo que reconocer que lo habéis hecho muy bien, que os habéis enquistado en el tejido político, asociativo y reivindicativo hasta convertiros en una maquinaria que ante la opinión pública ha conseguido fundir activismo LGTBI con vuestra ideología de pretendida izquierda.

Queréis que, cualquier persona LGTBI que pretenda luchar por los derechos humanos y de ciudadanía que aún nos faltan, no tenga otra alternativa que plegarse a vuestro pack ideológico, aunque alguna parte de él se oponga flagrantemente a los objetivos de igualdad y bienestar que perseguimos. Sois una maquinaria que siempre pretenderá acallar y apisonar todas las voces disidentes, todas las voces que nos enorgullecemos de hablar y perseguir nuestros derechos con libertad, de reclamar y exigir aquello que nos pertenece por justicia, y que nunca dejaremos de hacerlo, ya se oponga a vuestras coyunturales doctrinas o no.

Pero creedme también que estos últimos años os han erosionado. El proceso de tramitación de esa nauseabunda y mal llamada Ley Trans os ha hecho perder todo el crédito del que disponíais de cara al activismo que los demás nos trabajamos todos los días con verdad e integridad por los derechos y bienestar de las personas LGTBI. Creedme también que lo habéis perdido con las mismas personas LGTBI que viven a pie de calle y a las que tampoco les llama, ni necesitan para vivir, hacer activismo o pertenecer a una plataforma mediatizada como es la vuestra.

Es cierto. Aunque sea desgraciadamente la ultraderecha la única que lo dice en España, intentando hacer pasar retorcidamente la parte por el todo (y a quien se atreve a decirlo y no lo es, lo estigmatizáis inmediatamente como tal): existe un lobby LGTBI que se sirve de multitud de medios de comunicación, teniendo a su disposición una amplia retícula logística y disponiendo de una generosa cantidad de dinero público. Ese llamado lobby ostenta el nombre de FELGTBI (Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más), y todos aquellos principios que dice defender se hallan contaminados de raíz por su dependencia del PSOE. Siervo que sirve a dos amos, ¿os suena?

Y este año, como decía antes, nos van cansinamente a vender, nos van a restregar por la cara ese documento legal al que ellos llaman Ley de Derechos Trans y LGTBI, como durante años nos han restregado cada vez que querían tapar alguna tropelía contra nuestra Comunidad o cualquier parte de ella aquella Ley del Matrimonio lgualitario que se promulgó cuando la mayoría de ellos no habían nacido o chupaban teta o biberón.

Desde nuestra asociación a cuya directiva pertenezco, Entendemos LGTBI, y la asociación hermana en la cual probé por primera vez mis armas como activista y portavoz, Alicante Entiende LGTBI, conocemos a la perfección cómo las asociaciones pertenecientes a la FELGTBl os las intentáis gastar con aquellos activismos que temeís os quitemos vuestro pedazo de tarta crematístico, vuestra preponderancia mediática y vuestro dominio ideológico. Pero, como veis, no nos habéis anulado ni lo vais de ninguna manera a conseguir, aunque vuestros jefes, aquellos gerifaltes políticos que en este momento ostentan cargos en el Gobierno de España y en el de la Comunitat Valenciana os sigan hostigando por la espalda, empujándoos a recuperar aquel espacio de dominio que para siempre habéis perdido.

No lo conseguisteis creando un "Orgullo alternativo" en Alicante el pasado 2022, un contraorgullo al que sólo asistieron cuatro gatos y verdadero ejemplo de antiactivismo. Seguro que después de esto os habéis dado cuenta de que los tiempos han cambiado, de que la gente no es tonta y de que las personas LGTBI buscamos derechos y bienestar, y no aleccionamiento.

Tampoco lo habéis conseguido con esa curiosa distribución de subvenciones a asociaciones convocada por la Generalitat Valenciana, en la cual aquí, en Alicante, la asociación que menos puntos tenía se llevó el gato y el presupuesto al agua, perteneciente naturalmente a vuestra FELGTBI (desconozco la situación en otras comunidades, y me encantaría saber de ella).

Ya sabemos que es año de elecciones y que vuestros partidos "progresistas" os necesitan como brazo activo para que arriméis el hombro, porque además, es su feminismo segregacionista y vosotros, su activismo LGTBI dependiente, los que todavía les hacen lucir, aunque la lucecita esté a estas alturas muy apagada, como primeros e inigualables defensores de ese "progresismo" de opereta.

Y tampoco, en resumidas cuentas, lo habéis conseguido a nivel nacional, uniéndoos, después de tres años de ataques, a la Plataforma Trans, convocando una serie de manifestaciones a favor de esa misma Ley que vosotros durante todo ese tiempo habéis vergonzosamente contribuído a terminar de apuñalar y hundir siguiendo las directrices de esa formación política que os da de comer.

Creedme que vuestra pretendida "revolución" para recuperar vuestra credibilidad perdida no se la cree ni el tato, aunque tampoco sea creíble ni se pueda tomar en serio la actitud de un partido como Podemos, ése que registró la Ley, y luego, al igual que ha ocurrido con otras, no ha sabido mantener, sacar adelante ni defender de su esquilmamiento legal, demostrando sus representantes con ello y en otros muchos campos una ineptitud supina. Dentro de toda esta maniobra teatral, no deja de resultar curioso que algunas asociaciones pertenecientes a la FELGTBI hayan escenificado en algunas ciudades concretas un acuerdo de colaboración con Podemos, del cual se me escapa el significado a no ser que haya en ello una serie de, oscuros o no, intereses municipales.

Todo se verá, aunque para el asociacionismo LGTBI en el que nos enorgullecemos de desarrollar toda nuestra actividad fuera de este circo, tenemos muy claro que, para que el verdadero activismo por nuestros derechos sea efectivo, debemos desarrollarlo y liberarlo de todo este conjunto de cadenas y servidumbres, diferenciando el verdadero activismo de aquellos que viven, prosperan y se lucran a costa de él y, naturalmente, recuperar nuestro prestigio ante la sociedad. 

Imagino que, por mis escritos anteriores, quienes me leéis me conocéis y tenéis claro que quien os habla es de natural y pertenece a una asociación del todo independiente y vocacionalmente apartidista, y a quien le repugna esa enorme máquina de inanidad constituida por el activismo dependiente, preocupada menos en la solución de los problemas que nos aquejan que en su perpetuación, una perpetuación que siempre les proporcionará sus consabidos réditos. Igualito que cualquier partido político, oiga.

Pero ya sabéis: Lampedusa existe y funciona

Desde aquí puedo decir con orgullo que la asociación a la que pertenezco se niega, al igual que otras muchas, a ser brazo de ninguna ideología o formación política. Nos negamos a que nadie nos diga lo que somos, ni de un lado ni de otro. Ya sabemos lo que somos y quiénes somos. Y en estos tiempos en los que ciertas asociaciones dependientes se atreven a captar adeptos incluso proyectando pretendidas "escuelas de activismo" (sí, como lo leéis), nos negamos a que nadie fiscalice lo que debemos de pensar ni cómo debemos actuar.

Por lo que a mí respecta, tengo claro que ni mis derechos ni mi persona le pertenecen a nadie, y ese "activismo" dependiente es una verdadera trampa para quienes trabajamos y para quienes buscan empezar a integrarse en serio en la lucha para conseguir de una vez los mismos derechos de los que goza el resto de la ciudadanía. Una maquinaria falaz, ideologizada, manipuladora y anticientífica, cuya finalidad es pretender perpetuar a su beneficio el miedo y el problema, y que hay que demoler de una vez para poder encontrar esa luz al otro lado del túnel.

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