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El efecto de las compras compulsivas

De la masiva exportación de mercancía agroalimentaria a su caída en una semana 

26/03/2020 - 

VEGA BAJA. Enormes colas en los supermercados. Carros de la compra repletos de comida. Lineales de fruta y verdura vacíos poco después de abrir las puertas. Compras compulsivas de bienes de primera necesidad cuando la pandemia del coronavirus saltaba en España y en el resto de países europeos. Estos han sido los elementos concatenados que hace unas semanas hizo que las empresas de transporte de mercancías agroalimentarias de la Vega Baja experimentaran una subida exponencial de pedidos. Pero al mismo ha tiempo, desde principios de semana, han experimentado una caída 'enorme', califican desde el sector

Este brusco cambio de tendencia en unos días se basa en una disminución del modelo de consumo compulsivo provocado por la reducción de la histeria y debido, precisamente, a que esas abundantes compras han de cosumirse primero. Esta situación no solo se ha dado en el ámbito nacional, sino también en las grades superficies del centro y Este de Euroa, principales clientes de las empresas de transporte de la comarca. 

"El volumen ha sido altísimo. Hemos visto como los supermercados se quedaban desabastecidos tres veces al día, a paritr de ahora, tanto en nacional como internacional, todos los logísticos están abastecidos y hasta arriba, porque el miedo ya se controla y no se hacen compras compulsivas, es más pausada, más pequeñas y en más veces" señala Juanjo Perea, director general del Grupo Perea, empresa con una flota de 200 camiones. Tomando como parámetro el trasiego de su flota, con el estallido de la crisis del coronavirus no solo la tenía al completo haciendo trayectos sino que faltaba. Sin embargo, desde el martes y ayer, esa actividad ha caido. "Los supermercados venden pero a un ritmo más lento, por tanto  la necesidadd de entrega se ha ido frenando más, y el martes y miércoles nos encontramos con una actividad del 20% mientras que la semana pasada íbamos al 180%" explica.

Además del modelo compulsivo se unió el pánico que corrió entre algunos países, principalmente del Este, ante un posible cierre total de sus fronteras. Esto provocó que las grandes superficies de estos países, ante el temor de quedarse desabastecidos, decidieran incrementar sus pedidos. "Los supermercados hicieron una compra masiva para blindarse antes de que cerraran fronteras, ese pánico ha provocado un colapso" señala Perea.

En este mismo escenario se encuentra otra de las principales empresas de transporte de mercancías agroalimentaria, InterCox, con una flota de más de cien vehículos. Antonio Martínez, su gerente, señala la misma razón por la que ha pasado de tener que decir a algunos clientes que no tiene más camiones disponibles a tener una cuarta parte de su flota aparcada en sus instalaciones y que se sumará a la que llegue hoy, en la misma proporción. "Han hecho muchos pedidos muy concentrados durante 15 días, se ha llenado todo de mercancía y estos pedidos hasta que no se consuman no comprarán más" explica Martínez. "Esperemos que sea cuestión de días que se reactive la actividad porque ahora está la cosa extremadamente tranquila, y no por problemas de abastecimiento, sino porque están abastecidos" añade. 

Ambos, coinciden en que la gran subida de pedidos dada estas últimas semanas no compensa con la caída de estos días. A este escenario, se les añade otro "daño". Estas empresas, que se dedican a la exportación también ejercían la importación, principalmente de materias y elementos que no son de primera necesidad. Al estar practicamente paralizado sectores productivos del país, regido por el Estado de Alarma, no hacen el viaje de regreso con otros productos. "Es una situación muy crítica, no hay mercancía que traer" manifiesta Perea. 

Condiciones de los conductores 

Los encargados de transportar las frutas y hortalizas de la comarca están experimentando como su labor se vuelve más compleja. Denuncian la alta presión a la que tenían que hacer frente los conductores y critican la actitud del gobierno ante una falta de protección. "Nos sentimos desprotegidos y nos ha pillado por sorpresa, y salvo los que pudimos hacer acopio, en el sector hay muchos que no cuentan con EPI (Equipo de Protección Individual) porque no han encontrado" explica el director general del Grupo Perea. Las empresas de destino se han blindado para que terceras personas, los conductores, no entren en sus instalaciones y bajen del camión, ni siquiera les permiten usar el baño. Problemas que también están encontrando durante su travesía al estar cerradas estas instalaciones de aseo en las áreas de servicio. 

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