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De Busquets a Gayà, la dolorosa decisión de Luis Enrique

18/11/2022 - 

DOHA. A Sergio Busquets sí le espero. Es la frase más repetida en la Universidad de Catar en las primeras horas de la selección española en su 'cuartel general' para el Mundial de Qatar 2022 en un día triste. Luis Enrique Martínez decidió no esperar a José Gayà, con un esguince de tobillo, por el riesgo de que Jordi Alba sufra un percance y se presente sin lateral izquierdo en un partido de una gran cita en la que se espera máxima igualdad.

El coronavirus que sufrió Busquets a cinco días del estreno de España en la Eurocopa 2020, disputada en 2021, fue una bomba en la concentración. Aún en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas en aquel momento. El regreso a casa en ambulancia del capitán. Aislados en sus habitaciones el resto de internacionales, entrenándose por turnos en los campos con sesiones individuales por miedo al contagio.

Hasta hubo que llamar a internacionales reserva encabezados por el veterano Raúl Albiol para estar preparados por si había un brote. Incluso la sub'21 tuvo que sustituir a la absoluta en el amistoso de Leganés ante Lituania.

Pero Luis Enrique, que perdía a 'Busi' para los dos primeros partidos de la Eurocopa, decidió esperar a un hombre clave en la actual selección. "Hay tiempo de sobra para esperar. Estará en la lista seguro", afirmó sin dejar lugar a la duda Luis Enrique en aquel momento sobre el que es el líder del vestuario desde las ausencia de Sergio Ramos y el faro del equipo en el centro del campo a sus 34 años. Para el Mundial ha sido diferente.

Curiosamente al último también llegó con problemas un lateral, Dani Carvajal, con un doloroso pasado de ausencias en grandes torneos con la selección. Julen Lopetegui también decidió esperar al jugador pese a las molestias musculares que le impedían llegar a tiempo al debut. Con su cese, Fernando Hierro mantuvo su apuesta por el lateral madridista.

Pero Luis Enrique, en esta ocasión, ha tenido un temor que ha sido clave para su decisión. Según apuntan desde dentro de la concentración a Efe, no quería correr el riesgo de depender de Jordi Alba, un jugador que no ha tenido continuidad esta temporada en su club y que puede sufrir un problema muscular que dejase a España sin ningún lateral izquierdo ante Costa Rica o Alemania.

Ha sido el factor decisivo para una decisión que el técnico asturiano ya tenía tomada desde la noche del jueves, como dejó entrever con la seriedad mostrada cuando fue preguntado en rueda de prensa tras derrotar a Jordania, y que comunicó a Gayà a primera hora de la mañana del viernes. El jugador confiaba en quedarse. Sus sensaciones han ido mejorando desde que se dañó el tobillo derecho en una acción fortuita. Él solo, tras poner un centro y pisar mal. Esguince leve, entre siete y diez días sin poder competir. Demasiado para el seleccionador.

A Gayà se le cayó el mundo encima. Apenas ha salido en todo el día de su habitación, donde ha recibido el cariño de sus compañeros en un día duro en la concentración. Los internacionales afectados por la pérdida de una pieza importante del grupo. Persona humilde, de esos deportistas que hacen grupo dándole prioridad por encima de sí mismo. Iba a tener minutos en un Mundial en el que Luis Enrique repetiría la fórmula de reparto de partidos con Jordi Alba que tan buen resultado le dio la pasada Eurocopa.

Pero las dudas que no tuvo el seleccionador para mantener su confianza en Gayà cuando se ratificó la sanción de cuatro partidos por unas declaraciones contra el arbitraje de la pasada temporada, que condicionaron su inicio de curso, aparecieron en Luis Enrique ahora y se decidió poir la frescura física que aporta Alejandro Balde. Otra joven perla al servicio de una selección rejuvenecida.

Gayà se suma a una lista de ausencias del Mundial en la que nunca se quiso ver. Tras Sadio Mané con Senegal o Nico González y Gionavi Lo Celso con Argentina. Después de que Alemania perdiera a Marco Reus y Timo Werner o la vigente campeona, Francia, improvise un centro del campo sin N'Golo Kante ni Paul Pogba.

Un duro golpe para España, más anímico que deportivo, pero que ensancha la larga lista de incidentes que últimamente acompañan a sus estrenos en grandes torneos. 

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