BENIDORM. El Ayuntamiento de Benidorm ha comenzado las obras para convertir la parcela del antiguo Burger King en un jardín junto al cementerio. Se pone así fin a una lucha vecinal que a la que se han enfrentado los últimos gobiernos y que ahora al fin se convierte en realidad. Para todo ello, el Consistorio ha invertido una partida de unos 44.257,87 euros y lo hace Viveros Ferpas SL.
Como se recordará, el anterior restaurante de comida rápida se mantuvo en las instalaciones que ahí se ubicaban durante alrededor de una década con un permiso caducado y sin pagar los impuestos correspondientes. Hasta que finalmente, llegaron a un acuerdo con el Ayuntamiento, con la concejal de Urbanismo, Lourdes Caselles, ya al frente de dichas decisiones.
Tras conocer el desahucio de dicha empresa, el debate se centró en si el derribo de las instalaciones correría a cargo de la empresa, como así fue, y si las obras actuales también, como finalmente no ha sido por el cambio en el proyecto de derribo que mantuvo en pie el aseo que dará servicio al cementerio.
Con todo, la hamburguesería se marchó de la parcela pero no muy lejos, sino que terminó en un local a escasos metros del anterior, y sobre el que se ha emitido un acuerdo de rechazo de la licencia de apertura por una infracción urbanística.
Estas nuevas obras sirvieron para que el concejal de Compromís, Josep Bigorra, criticara de nuevo que no se haya presupuestado para 2018 la reforma del cementerio, que da pared con pared con el jardín, y reclamó que el "gobierno deje de hacer parches", recordando que rechazaron sus alegaciones con esta propuesta que el propio alcalde Toni Pérez había prometido.
Por su parte, el portavoz del gobierno local, José Ramón González de Zárate, defendió la oportunidad de las obras.