VALÈNCIA. Puede parecer irónico, pero hasta un supervillano necesita vacaciones. Una pequeña pausa en la que tomarse una cerveza fría en una terraza, para trazar la hoja de ruta del mal y dejar de pensar en sus pobres víctimas durante unos días. Para esto, mejor camuflarse en una gran ciudad en la que pasar desapercibido como un turista, para no dar el cante. Si le preguntan al dibujante David Rubín, el destino ideal para un villano como el Joker sería Madrid: ciudad capital, con muchísima gente, mucho más sol que en Gotham y un nivel similar de corrupción... para sentirse un poco como en casa. Un destino ideal que se hace realidad entre las viñetas de Spring Break, un pequeño cómic de diez páginas que forma parte de la antología Joker: El mundo, un cómic en el que trece dibujantes de diferentes países reimaginan al Joker en México, Corea del Sur y España, entre otros destinos.
Este proyecto de DC Cómics, que verá la luz el próximo 8 de septiembre, llega tres años después del éxito del cómic internacional Batman: El mundo en el que se sigue el mismo modelo. En este participaron trece artistas de todo el mundo, entre ellos el valenciano Paco Roca, quien decidió que el superhéroe se merecía unas vacaciones en Benidorm. Pero ahora es el turno de su archienemigo: el Joker, que en la primavera del 2024 viaja una Madrid liderada por el gobierno de Isabel Díaz Ayuso y Almeida, en la que más bien “tiene poco que hacer”. Entre viñetas, el Joker contempla que con toda la “inmundicia” de la ciudad él nunca se convertiría en noticia en esta capital. En una ciudad que le recuerda a Gotham, aunque “con terrazas al sol y buena comida”, en la que puede descansar, pero donde se aburre entre tanta maldad.
El destino no es casualidad, a Rubín le llegó el encargo en abril del 2024, momento en el que la calle Ferraz de Madrid estaba plagada por las manifestaciones, para “defender España”, a favor y en contra del Gobierno de Sánchez. Este escenario le sirvió al dibujante para que el supervillano se sintiera en su salsa: “Había mucha gente gritando y un espacio lleno de contradicciones, creo que esta imagen fue caldo de cultivo para que me decidiera por Madrid para ubicar al Joker en España. Necesitaba un lugar en el que poner a un psicópata sin empatía y no podía situarlo viendo una puesta de sol en Finisterre”. Con todo esto, Rubín dibuja al agente del caos en una España en la que ve que el mundo está al revés porque se “persigue a los ciudadanos decentes mientras se protege a los que fomentan el caos y el odio”.
Entre las viñetas de Spring Break se ven situaciones de abuso policial, un episodio de racismo y al Joker disfrutando de una cerveza mientras los manifestantes se pelean en Ferraz, un ejemplo de como imagina Rubín, la capital en ese momento. Aunque pensaba que desde DC le dirían que no quiso arriesgarse y “proponer la historia que quería hacer”: “Quería aprovechar el altavoz tan grande que es este cómic para hablar de una situación que me preocupa. El género de los superhéroes es muy permeable y nos permite -a los dibujantes- poder hacer lo que queramos con ellos. Consideré que llevar la historieta a un terreno más social y político podía encajar perfectamente”.