Luis Barcala entrega las llaves de la ciudad de Alicante a Vox. Mari Carmen De España no sale de su celda. Sí, cariño, siempre hay un camino más a la derecha. La indiscutible estrella de la semana es la concejala popular de pobreza e hidroxicloroquina Julia Llopis que le soltó en una magnífica entrevista a Carlos Arcaya en Radio Alicante “el que más ladra no es el que más razón tiene”. Las Asociaciones vecinales, Cáritas, Alicante Gastronómica y por ahí seguido han pedido indignadas su dimisión. Toda la izquierda institucional representada por Xavi López, Natxo Bellido ha estado educada pero firme. El líder de los socialistas alicantinos Paco Sanguino está fraguando una sólida y nueva alianza crítica y constructiva. La verdad es que un servidor sufre porque es misántropo profesional y castellonense orellut como la concejala Llopis. Odiar a la gente es un derecho constitucional. Detestar a los pobres también. Pero la aporofobia Bolsonaro no es compatible con el cargo público de Dama de la Caridad. Debería ser expulsada, pero ya, de Vox, huy perdón, del Barcalaclub. Señor no soy digno de entrar a tu casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Viernes. 8:30 de la mañana. 23 grados. Sol matador. Carlos Mazón viene corriendo hacia mí en la plaza de Luceros con la segunda equipación del Valencia CF, -camiseta naranja pantalón negro- jadeante y sudoroso. Me temo un placaje en toda regla. No me saluda. Será la mascarilla. O los pelos del confinamiento. Debo ir a la peluquería urgentemente. Media hora después preside un pleno zoom en el que se aprueba por unanimidad ayudas a los autónomos. Adrián Ballester, Gerard Fullana y el ultimo mohicano firman la pipa de la paz. Aquí suena un solo de mar de fondo en las alturas. Santoral filosófico y el quan toca, toca. Ahora, que para guapo guapérrimo de muerte ir y volver a la Asamblea popular China y volver Darren Driss. Tinc un mànec de tres palms i mig.
Mónica Oltra sonríe. La sal de la vida es que todos no pensemos igual. “Es divertido”. Lo dice dando el parte de la reunión de un Consell “a prueba de bombas”. La verdad es que la política nacional necesita un baño urgente en la playa mediterránea y fenicia del Botànic. Así como la derecha precisa a Núñez Feijoo, Pedro y Pablo podían fijarse un poco en lo que hace o no, Ximo Puig. Que para mañana mismo ya ha convocado a los agentes sociales -desde la CEV y AVE de Salvador Navarro y Vicente Boluda hasta la Unión de Consumidores de Vicente Inglada y Cecilio Nieto- para iniciar el plan de reconstrucción siguiendo las pautas marcadas por los expertos del IVIE. La arquitectura laboral desde el diálogo social. “No es momento de conflictos”. El president ha sabido reenamorar a la Vice y a toda su tropa y ha conseguido que convivan casi hasta cordialmente con un Podem en clave institucional. Ha logrado elevarse por encima del PSPV -en esta isla también hay caníbales- para revestirse con el manto del interés general. Arremangarse en el barro. Lo que se dice hacer un Urkullu. Prudencia. Amor. Trabajo. Y el esmorçaret. El Ciudadanos de Toni Cantó -ni Hitler ni Stalin- entran “habrá cariño” en la mesa para la reconstrucción en Les Corts. Joan Baldoví -por favor, traedlo a Sueca ya, por caridad, por su nieto y el bien de su salud y de la sociedad- con su no a la prórroga del estado de alarma ha radicalizado a Compromís. El Bloc ha aplaudido. En Iniciativa corren otros aires. Pasqual Mollà -de los Mollà d’Elx de toda la vida- y el Sumo Pontífice Manuel Alcaraz se han cabreado. Muchísimo. Mónica, neutral, ya vuelve del futuro con la vacuna china guiñando un ojo. Letizia Ortiz, de madrugada, bellísima en Mercamadrid. Daos fraternalmente la paz.
Pedro Sánchez va a tener que emplearse a fondo para reconducir la crisis de credibilidad del gobierno de coalición en la última semana de mayo que inauguramos mañana. Todo puede quedarse en un incidente de recorrido, una anécdota -quizás una cabeza rodando por el suelo- o desatar una tormenta que desborde el vaso, el Santo Grial de la sacrosanta geometría variable. Iván Redondo, el súper asesor del ala oeste de la Moncloa, tendrá que activar su gobierno en la sombra y cambiar los movimientos tácticos no ya por una estrategia sino por un verdadero plan de salida para los próximos tres años. Y si puede ser con altura de miras y pensando en los españoles mucho mejor. No por las elecciones sino por el futuro que encarna Álex Cima el hijo recién nacido de Inés Arrimadas. Mas allá de las fases hay vida. Amén.
Sánchez debe revisar el funcionamiento del gabinete a dos velocidades. Existen ministros de primera y los otros. Los pata negra de la reunión -el consellet- a las 9:30 de los lunes y el resto. Aquí entra la santísima conspiración / exaltación de Margarita Robles antes y ahora de Nadia Calviño como los “ministros más solidos” por la derecha fáctica y mediática -por poner, a parte del fuego racheado amigo, un suponer, la emisora del Papa Francisco- buscando un hipotético gobierno “técnico” de salvación nacional con participación del casadismo FAES Aznarpopular. Que está sembrando odio -junto a Santiago Abascal- en las calles para incluso después del rebrote. Preparando la cosecha del enfado y la frustración que estallará con la gran crisis económica que nos ya nos ha caído encima. Un malestar que seguro será el plato principal de la próxima comida que mano a mano tiene el presidente todos los jueves tiene con / contra Pablo Iglesias. La verdad es que en Madrid están de los nervios. Pobrets. Mañana lunes escampará un poco con las terrazas. Nos tienen hartos. Qué exagerados. La que más sentido común tiene es Ana Botín. Pero me vive en Ginebra. Cantemos al amor de los amores.
Cruza otro meteorito rojo. Las trincheras se llenan de pasaportes sirios. Se encienden las hogueras. Inma De La Concepción nada en la oscuridad. Bucea, me alcanza y acaricia mi cabeza. Amor mío. Mi nunca bien ponderado ni pagado Herr Direktor Miquel González baja sonriente y tronante desde el campanario crudo de la tormenta: “mai no cobraràs”. Mando el artículo amaneciendo. Pablo Serrano lo ordena y reescribe. Me llama espantado: “hoy te has olvidado del lector”. Espera, que en este segundo parece que…