VALÈNCIA. Los relatos de espías forman parte de la historia de la ficción, aunque a veces, como quizá hayan podido leer por algún periódico, son superadas por la realidad. Mucha tinta ha corrido sobre espías rusos, americanos, británicos y, cómo no, españoles, algunos con más tino que otros. Y de eso va el juego de hoy, una red de realidades y mentiras, de engaños y verdades, a través de distintas series que parecen verdad y documentales que parecen mentira. De figuras como Hedy Lamarr o Putin a títulos como Gorrión Rojo o The Sleepers. El enemigo está en casa.
Gorrión rojo
Francis Lawrence protagoniza un film que ahonda en el lado más oscuro y turbio de Dominika Egorova, interpretada por Jennifer Lawrence. Dominika es una mujer fría y oscura, que entrena en dar placer a todos los que le rodean y que no duda en ejecutar su misión con el Estado pase lo que pase. Lo hace bajo el comando de su tío Vanya, que la utiliza como cebo para atrapar a una de sus víctimas a través de la rama más siniestra del servicio secreto ruso.
Counterpart
Howard, interpretado por J.K Simmons, descubre que existe un mundo paralelo con otro Howard que es un hombre de acción, rebelde y cínico, que ejerce de espía. Todo esto sucede dentro de una serie en el que el espionaje y los universos paralelos son los pilares de la trama, rozando en muchas ocasiones elementos de la ciencia ficción.
Superagente 86
La parodia por excelencia de las películas y series de espías. Creada por Mel Brooks y Buck Herry el agente 86, Don Adams y la agente 99 interpretada por Barbara Feldon trabajan para la agencia de CONTROL, la organización gubernamental diseñada para salvar al mundo libre de los planes de la organización terrorista KAOS. Sorprendentemente todo sale adelante en las manos del agente 86, que no tiene una pizca de inteligencia y que es totalmente patoso y desordenado.
Putin, de espía a presidente
El presidente Vladimir Putin aprendió en la calle a defenderse constantemente del enemigo, para ello tuvo que hacerse experto en manipulación, represión y manipulación. Con sólo 23 años, entró en la KGB como agente, lo hizo en parte por la influencia que le había supuesto Bond en la televisión, esta miniserie documental repasa la biografía de la juventud de Putin y la relevancia de sus decisiones.
Vladimir Putin, el chico que quería ser James Bond y se convirtió en presidente
The sleepers
Los espías en la Checoslovaquia prosoviética tenían la obligación (para poder sobrevivir) de mentir y escaquearse para sobrevivir como agentes secretos. Durante seis episodios esta miniserie analiza el contraespionaje en la etapa previa a la Revolución de terciopelo (la que llevó a la renuncia del poder del Partido Comunista de Checoslovaquia) a través de la mirada del matrimonio de la violinista profesional Marie (Tatiana Pauhofova), y el analista político Viktor (Martin Mysicka).
‘The sleepers’: paranoia entre espías durante los años previos a la caída del telón de acero
Espías en la arena. Objetivo España
Marta Hierro y Pablo Azorín cuentan la historia de los españoles perdedores de la Guerra Civil que se convirtieron en agentes secretos de los Estados Unidos. A través de una línea de investigación intensiva ponen de relieve la información desconocida de los republicanos españoles. Se centra en la historia de Ricard Sicre, un agente que al terminar la II Guerra Mundial intentó convertirse en empresario en Estados unidos y al no conseguirlo acabó formando parte de una compañía exterior controlada por la CIA.
Ricard Sicre, del espionaje antifascista a venderle a Franco la Pepsi-Cola
Vigil
Un thriller de investigación que se desarrolla bajo el mar. En los espacios interiores de un sumergible bélico profundiza Amy Silva (Suranne Jones) para aclarar que ha sucedido con uno de los tripulantes, que muere en dudosas circunstancias. La agente Amy debe averiguar que ha sucedido poniendo en jaque a los servicios secretos, MI5 y a la Marina Real británica. Desde tierra firme su compañera profesional y sentimental, Kirsten Longacre (Rose Leslie), averigua una serie de historias que contextualizan lo ocurrido a mayor escala.
Dos bombas para una espía
Gérard Puechmorel cuenta la historia de Elizabeth Zarubina, una agente soviética que coordinó el operativo de espías en territorio estadounidense para hacerse con el secreto de la bomba atómica. La espía logró infiltrarse en Los Álamos mientras esta se diseñaba, y junto a un grupo de científicos izquierdistas filtró la fórmula de la bomba para "mantener la paz mundial".
Elizabeth Zarubina, la espía de Stalin que le robó el secreto de la bomba atómica a los americanos
Objetivo Hedy Lamarr
Tras tanta recomendación de pantallas un poco de papel. La editorial valenciana Grafito ficciona a través de un cómic la vida de Hedy Lamarr, una actriz e inventora de origen austriaco cuya vida se sucede en un terremoto de emociones entre glamour, experimentos y codeándose con espías nazis. La que era considerada "la mujer más bella del cine" escondía en realidad una vida llena de sobresaltos y misterios, entre ellos un enredo con espías con alguna que otra sorpresa.
Hedy Lamarr: precursora del wifi, pionera del orgasmo en el cine y estrella del cómic valenciano
El creador de Brassic vio cómo su padre, que trabajaba en una fundición a la que tenía que acudir en bicicleta, fue despedido en los 80, lo que acabó en divorcio y en una familia desestructurada. Él era disléxico, no tenía acceso a tratamientos de salud mental y acabó siendo un adolescente hinchado de antidepresivos que se puso a mover marihuana. Basada en esa experiencia real, surge esta serie, con dos primeras temporadas bestiales, en la que refleja una clase trabajadora adorable que lo respeta todo menos la propiedad privada
Peter Bagge ha decidido continuar la saga Odio, uno de los cómics icónicos de los años 90 y que, desgraciadamente, dejó de publicar. Buddy Bradley, el personaje que nos enseñó que el brillo del grunge y la juventud de esa década era más bien una luz desvaída, inserta ahora a su personaje en los EEUU de Trump y “el género fluido”, con cargas de profundidad la constatación de cómo ha bajado el poder adquisitivo de cada generación. La obra, ‘Odio desatado’, sigue igual, o sea, sublime