Oskar Matute, después de dirigirse a Adolfo Suárez Illana con desprecio y sarna, se agarra los machos a la tribuna, y como si estuviera evocando a la historia más rancia de ETA, señala: “Estamos aquí, porque ni nos vencieron ni nos domesticaron”. Quizá recordando a las palabras de Maite Araluce, víctima de ETA, que días atrás, coincidiendo con el esperpento vivido en el Congreso cuando Mertxe Aizpurua, dijo a través de su cuenta de Twitter: “Después de oír a Bildu en el Congreso, no puedo quitarme las imágenes del atentado de mi padre de la cabeza y no puedo dejar de llorar. Que nadie me vuelva a decir que España ha derrotado a ETA”. Matute no hacía más que certificar el mensaje de la hija de Juan María de Araluce, Presidente de la Diputación de Guipúzcoa asesinado por la banda terrorista en 1976. ETA no ha sido derrotada, ETA ha derrotado a España.
Tranquilos, no se echen las manos a la cabeza. Las cosas claras. ¿En qué democracia que se precie se permite a unos filo-terroristas asaltar las instituciones? Tan solo en Colombia, se permitió a los narcotraficantes y delincuentes de las FARC penetrar en el Parlamento pese a la negativa de la ciudadanía en hasta dos referéndums. ¿No deberíamos haber votado los españoles si queríamos firmar la paz con los terroristas y que estos tuvieran voz y voto en las decisiones del país? En fin, ya sabemos que la concordia con los asesinos se hizo por la puerta de atrás y de manera clandestina… Avenencia, que fue impulsada por partidos afines a la fuerza armada, y que un servidor, ha mantenido contactos con dirigentes de esas formaciones en la última semana para preparar esta columna.
Hablando con Rafael Larreina, Diputado de Amaiur, -actual Bildu-, en la X legislatura, tenía la sensación de que los españoles debíamos darle las gracias a ETA por haber decretado el alto al fuego. Durante la conversación con este -tengo que reconocer que ha sido una de las más enriquecedoras que he tenido en años-, me reconocía el secuestro cometido por Otegi, pero a la par, afirmaba, que el líder independentista, había sido el principal impulsor de la paz de los terroristas con el Estado. Bandera blanca, que no era del agrado de todos en ETA, y que los sectores más puristas y ortodoxos amenazaron al actual cabecilla de Bildu con asesinarle si seguía con sus intenciones pacificadoras. Al final, evidentemente -sino no le habríamos visto por TVE blanqueando los crímenes-, no se ejecutó el crimen, sino que, para compensar tal asesinato, se cometió un atentado en la Universidad de Navarra con el fin, en palabras del propio Larreina, “de amedrentar al Opus Dei, pues sabían que yo era numerario de esa congregación”. Un derramamiento de sangre entre plebiscitos, reuniones, y decisiones para que los terroristas no volvieran a matar inocentes y utilizaran un brazo político con el que actuar.
Herramienta política, que como se constató durante la llamada de una hora con el ex dirigente de Amaiur, intenta blanquear los crímenes cometidos anteriormente. Porque chapó a Otegi por querer guardar las armas y buscar otras vías de solución al conflicto. Pero lo perpetrado por él y sus colegas tiene perdón, pero no olvido. Durante 60 años, los etarras ejecutaron 853 asesinatos y 77 secuestros. No había casi nadie en España -imagínense en el País Vasco y Navarra como reflejó magistralmente Fernando Aramburu en su laureada novela, Patria-, que no hubiera sufrido directa o indirectamente las atrocidades de ETA. Todos lloramos por las víctimas, todos los españoles salimos a la calle cuando asesinaron a Miguel Ángel Blanco -esa fue la gota que colmó el vaso-. Deben pagar por lo que cometieron, por tanta sangre, sufrimiento y lágrimas que hicieron derramar. No habrá paz para los malvados. Y menos, cuando no se arrepienten públicamente de lo ejecutado. Más que remordimiento, manifiestan atrevimiento.
No solo por el discurso de Matute o el de su compañera Aizpurua -la que por cierto fue una de las periodistas más afines a los asesinos a través de la dirección del Diario GARA-, sino porque ellos, pese a que no están en condiciones de pedir nada -o no deberían de estarlo si no fuera porque tenemos a un Presidente sin escrúpulos-, no hacen más que solicitar incentivos como el acercamiento de presos. Si de verdad les pesara lo que han hecho sus paisanos criminales, no osarían actuar con esa prepotencia y respetarían las condiciones penitenciarias de los etarras. ¿Quiénes son ellos para solicitar beneficios carcelarios y referirse de la manera que lo hizo la portavoz de Bildu a un sistema que es el que les da de comer? ¿Qué sentirán estos mismos que definen a España como régimen fascista y autoritario cuando sacan del banco los 5.000 euros que se embolsan por su labor como Diputados? Espero que me lea alguno de estos apelados y me responda a la pregunta, tengo curiosidad por saber que se siente al comer gracias a una dictadura que uno mismo condena. Vaya incoherencia…
Salarios públicos que han conseguido, aparte de por la voluntad popular y un sistema electoral injusto, por la complicidad y el silencio del PP y PSOE, cuando UPyD, este partido liderado por Rosa Díez, tramitó una propuesta para ilegalizar Bildu en febrero de 2012, y tanto PP como PSOE cerraron filas rechazando la iniciativa. Para que ahora Pablo Casado se rasgue las vestiduras… El líder popular es victima de la tibieza de su predecesor. Una formación conservadora, que estando dominada por el ex Presidente del Gobierno Rajoy, se jactaba de pactar con Bildu. El mismo Pedro Sánchez lo utilizó como arma arrojadiza para replicar a Casado en el debate de investidura diciendo: “Cuando el PP pacta con Bildu, es salud democrática, en cambio cuando lo hacemos los socialistas, es un Golpe de Estado”. Quién me iba a decir que estaría tan de acuerdo con una afirmación del Doctor… Porque tanto PP como PSOE, no solo llevan años siendo el muñeco de paja del nacionalismo, sino que también de los terroristas que mataron a concejales de sus partidos. Ni Aznar se pudo resistir a seducir a ETA. Como me señaló Rafael Larreina durante nuestra conversación, el ex Presidente, se refirió al grupo terrorista en más de una ocasión como el Movimiento Vasco de Liberación. Cría cuervos y ellos te comerán los ojos.
Si están así, chantajeando y cogiendo por los machos a un Ejecutivo -el mismo Matute presumía de que ahora la izquierda nacionalista tenia la capacidad de poner y quitar Presidentes-, es porque les hemos dejado. Cuánto hubiéramos ganado si PSOE y PP hubieran aprobado la iniciativa de UPyD de ilegalizarlos… Y no se escandalicen, porque tanto en Francia como en Alemania, todo partido inconstitucional y que vaya contra la integridad del sistema es penalizado. ¿Se imaginan a un diputado de otro país atacar en el Parlamento al Jefe de Estado? El mismo dirigente de Amaiur, me reconoció el error cometido por la portavoz de Bildu el pasado fin de semana cuando señaló al monarca sin ningún tipo de fundamento, y la metedura de pata de Otegi en la entrevista en Salvados en la que con máxima frialdad afirmaba estar en la playa cuando mataron a Miguel Ángel Blanco. Arrepentimiento con hechos, no con palabras. De nada sirve apelar a la paz y renegar de lo pasado, si los cargos políticos de Bildu no hacen más que homenajear a etarras -hay que reconocer que en algunos ayuntamientos gobernados por ellos también se recuerda a las víctimas-, y se ataca a la democracia que les da voz pese a no merecerla.
Perdonar no es olvidar.