Situado en un sitio privilegiado desde sus inicios. Si no hubiera sido propiedad del Estado… rodeado de naturaleza y de ladrillo, el faro del Cabo de la Huerta de Alicante forma parte de uno de los barrios más habitados de la ciudad.
Muchas veces los faros han sido ángeles de la guarda de embarcaciones que han evitado chocar contra tierra gracias a su haz luminoso, estén en tierra firme o instalados en una plataforma flotante. En tempestad, entre la niebla, en la inmensidad del mar, esa luz amiga es una bendición en momentos de zozobra.
Los faros son imprescindibles para la navegación. En España hay varias fechas fundamentales para gestionar sus instalaciones. Permitan que cite sólo dos de ellas. La publicación - el 13 de abril de 1842 -de una disposición del Ministerio de la Gobernación, decía que "por orden de Su Alteza el Regente del Reino se ha creado la Comisión de faros, encomendándole nuestro alumbrado marítimo, construcción y servicio de los faros de España y sus posesiones de Ultramar, para conseguir su mejora y uniformidad". La otra, por la ley 27/1992 de 24 de noviembre de Puertos del Estado y de la Marina Mercante que establece como una de las competencias de Puertos del Estado la "planificación, coordinación y control del sistema de señalización marítima español. La coordinación en materia de señalización marítima se llevará a cabo a través de la Comisión de Faros".